La defensa de los derechos humanos en Colombia ha estado históricamente marcada por la violencia y la represión. El caso de Eduardo Umaña Mendoza es un claro ejemplo de este riesgo. Abogado y defensor de derechos humanos, Umaña dedicó su vida a la protección de sectores populares y a la denuncia de violaciones perpetradas tanto por agentes estatales como por grupos armados. Su asesinato en abril de 1998, como el de otros defensores, simboliza un periodo en el que la represión y la impunidad buscaban silenciar a quienes denunciaban injusticias.