La guerra que inició la Iglesia | Señal Memoria

 La guerra que inició la Iglesia
Publicado el Jue, 29/09/2022 - 19:00
La guerra que inició la Iglesia
Sin Bolívar ni Santander para guiar los destinos de la joven República de la Nueva Granada, el ambiente político estaba lo suficientemente caldeado para una nueva contienda civil. La llamada Gran Colombia se había disuelto hacía unos años, Bolívar había muerto y Santander había ejercido la presidencia entre 1832 y 1837, antes de ser reemplazado por José Ignacio de Márquez.

La disputa política del momento corría por cuenta de federalistas y centralistas. Aún no existían los partidos políticos tradicionales liberal y conservador, pero a su manera la guerra contribuyó a su surgimiento.  

Con la ayuda del Archivo Señal Memoria que conserva la serie Vidas encontradas: Mosquera y Obando de 1983, conoceremos ciertos aspectos de este conflicto recreado ampliamente en su capítulo XVIII, titulado Cuchillo de dos filos. 

¿Por qué la inició la Iglesia?

Rafael Pardo en su Historia de las guerras, nos dice que una norma expedida en 1821 (y no aplicada en su momento por diversos motivos políticos), exigía suprimir y vender los conventos menores que tenían menos de ocho religiosos y destinar el producido de la venta a la instrucción pública y a las misiones en zonas apartadas. 

Tal medida afectó a tres conventos en Pasto. A la cabeza de la revuelta popular, que protestaba por el cumplimiento de la norma, estuvo el clero de la ciudad, liderado por el padre Francisco de la Villota. La coyuntura dio inicio a la guerra de los conventos de Pasto o guerra santa, la cual obligó al gobernador de la ciudad a negociar y no dar cumplimiento a la norma.

Los siguientes dos fragmentos de la serie Revivamos nuestra historia, recrean los momentos del pronunciamiento de Villota en la congregación de San Felipe Neri y la posterior rebelión con la participación de los fieles en apoyo al sacerdote y su enfrentamiento con las autoridades.   

 

Rangel Rengifo, Jorge (Productor) Triana, Jorge Alí (Director). (1983). Vidas encontradas: Mosquera y Obando [Serie][Capítulo XVIII - Cuchillo de dos filos]. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, UMT-216630.

 

Rangel Rengifo, Jorge (Productor) Triana, Jorge Alí (Director). (1983). Vidas encontradas: Mosquera y Obando [Serie][Capítulo XVIII - Cuchillo de dos filos]. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, UMT-216630.

 

Como una manera de reaccionar a los hechos, el gobierno de Márquez envió tropas para sofocar la revuelta. Los intentos de persuasión fracasaron y aquellos sectores que adhirieron a la protesta, proclamaron el sistema federal y se lanzaron a la guerra el 24 de agosto de 1839. 

¿Por qué se llamó guerra de los Supremos?

Fue la guerra que casi lleva a la total desmembración del país y en la que afloraron los viejos sentimientos federalistas en su máxima expresión. Gonzalo España en su libro El país que se hizo a tiros, afirma: “La coyuntura del 40 juntó el anhelo separatista de las provincias con un elenco de importantes militares que habían tomado parte en la guerra de independencia”. Estos, representando a las provincias de El Socorro, Tunja, Vélez, Antioquia, Ciénaga, Cartagena, Panamá, Mariquita y demás, firmaron sus pronunciamientos declarándose jefes SUPREMOS en sus respectivas regiones. 

¿Qué batallas importantes se dieron?

Tal vez la más importante fue la batalla de Huilquipamba (actual Nariño), el 29 de septiembre de 1840, entre las tropas de la República de la Nueva Granada y las fuerzas rebeldes al mando de José María Obando. En este fragmento de la serie Vidas encontradas: Mosquera y Obando se recrea dicha batalla con la supuesta muerte de Obando en acción.

 

Rangel Rengifo, Jorge (Productor) Triana, Jorge Alí (Director). (1983).Vidas encontradas: Mosquera y Obando [Serie][Capítulo XVIII - Cuchillo de dos filos]. Colombia: Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, UMT-216630.

¿Cuáles fueron sus consecuencias?

Lo que comenzó como una simple rebelión de carácter religioso al sur del país, hizo brotar todo tipo de rencores y ambiciones personales en el país de esos caudillos, principalmente​ los santanderistas. Doce de las veinte provincias estaban en rebeldía contra el gobierno central de José Ignacio de Márquez. Sólo cuatro estaban en manos del gobierno y el resto en disputa.

Aunque la calma regresó a la República, el anhelo federalista seguía vivo y se consolidó finalmente con la constitución de 1863. Sin embargo, aún quedaría mucha agua por correr bajo el puente para que esto sucediera.

 


Autor: Javier Hernández

 

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Fecha de publicación original Jue, 29/09/2022 - 19:00