Voces presidenciales en la instalación del Congreso | Señal Memoria

Voces presidenciales en la instalación del Congreso
Publicado el Lun, 18/07/2022 - 18:30
Voces presidenciales en la instalación del Congreso

Las constituciones políticas que ha tenido Colombia tuvieron que regular el tiempo en el cual el Legislativo debía sesionar. En respuesta a la consagración del 20 de julio como Fiesta Nacional, la Carta de 1886 estableció que la inauguración de aquel periodo de sesiones debía ser el 20 de julio, al igual que delegó al jefe de Estado la responsabilidad de instalar el Congreso. El valor simbólico de la fecha y el hecho de tratarse de un encuentro entre el Presidente de la República y la clase política, convirtió esa sesión en una ventana de discursos memorables, muchos conservados en nuestros documentos de archivo.

 

IMG_20210720_083619 Ficha técnica: Instalación del Congreso, 2021 (foto: Señal Memoria)

Instalación del Congreso, 2021 (foto: Karen López de Señal Memoria)

 

¿Por qué hay un día de instalación del Congreso?

El Congreso pretende ser, desde su creación en los días de la Independencia, un órgano plural, con representación de todas las secciones en las que ha estado dividido el país. A medida que se fue profundizando la democracia, aquella vocación pluralista se extendió a otras diversidades en su composición: gobierno y oposición, conservadores y liberales, partidos tradicionales e independientes, derecha e izquierda, hombres y mujeres, hegemonías y minorías…

Así que, para garantizar ese principio de representación democrática, era necesario establecer un cronograma de trabajo. En principio, no todos los congresistas son de la Capital ni viven en ella, así que era imposible sesionar todos los meses del año. Las constituciones de 1821 y 1863 establecieron noventa días de sesiones y fechas de apertura que coincidieran con el calendario ordinario (2 de enero en la Carta grancolombiana, 1 de febrero en la Constitución federal). Por su parte, la Constitución de 1832 estableció el 1 de marzo, aniversario de la primera Carta de la Nueva Granada independiente.

Eran tiempos en los que los desplazamientos a Bogotá eran largos, costosos y peligrosos, cuando también la proyección política de casi todos los congresistas era del ámbito provincial y el ejercicio de la actividad legislativa no se consideraba, como ahora, un oficio de tiempo completo. Era normal, por un lado, que la mayor parte del año el Congreso no sesionara y predecible, por el otro, que la fecha en la que por fin llegaban las sesiones se acabara convirtiendo en todo un ritual de la vida política.

 

Capitolio Nacional, 2022 (foto: Karenn López, Señal Memoria)

Capitolio Nacional, 2022 (foto: Karenn López, Señal Memoria)

 

La instalación del 20 de julio

Fue bajo la Constitución de 1886 que se estableció que el periodo de sesiones del Congreso debía iniciar el 20 de julio, fecha que desde 1873 se había establecido como Fiesta Nacional. Es a partir de ese momento que se eleva a norma constitucional la obligación de que sea el Presidente de la República el responsable de inaugurar las sesiones. Eso, en la práctica, convirtió la sesión en el informe de actividades del jefe de Estado, similar a los que otros gobernantes del mundo presentan a la opinión pública. Y desde cuando Miguel Antonio Caro defendía la obra de la Regeneración ante el Congreso, algunos de los discursos más memorables de los mandatarios han pasado por los salones del Capitolio.

Hay intervenciones únicas, como cuando López Pumarejo aprovechó la inauguración del Congreso de 1945 para presentar su renuncia. Las hay también que hablan de la coyuntura política de su tiempo, son sus aciertos y fracasos: en 1947 y ante unas mayorías opositoras, Ospina Pérez defendió la frágil convocatoria a que los liberales participaran de su gobierno; Guillermo León Valencia en 1963 hacía lo propio exponiendo el papel de su gobierno en la naciente lucha contrainsurgente; al igual que Misael Pastrana debía en sus cuatro intervenciones resaltar el espíritu conciliador que bajo el Frente Nacional expresaban los directorios de los partidos tradicionales. De igual manera, en 1986 Belisario Betancur no podía eludir una mención a los sucesos del Palacio de Justicia y Andrés Pastrana en 1999 defendía sus negociaciones de paz con las Farc

Un capítulo especial ofrecen las instalaciones del Congreso que los presidentes hacen en su último año; dos semanas antes de entregar el poder: en 1942 Eduardo Santos reflexionó sobre los retos del país en el marco de la Guerra Mundial; veinte años después, Alberto Lleras enfatizó en la alineación del país con Estados Unidos en el marco de la Alianza Para el Progreso; en 1970, Carlos Lleras Restrepo defendió su papel en la reforma administrativa y económica del país, al igual que César Gaviria en 1994; en 2018 Juan Manuel Santos se despidió llamando a cuidar el Acuerdo de Paz. 

 

Instalación del Congreso, 2021 (foto: Karen López de Señal Memoria)

Instalación del Congreso, 2021 (foto: Karen López de Señal Memoria)

 

Senado, Cámara y presidente: ¿juntos o separados?

Desde 1886 las leyes establecieron que el Senado y la Cámara de representantes se instalaban el mismo día, pero en sesiones separadas. Eso hizo que el presidente, el 20 de julio, se desplazara a los salones de cada corporación en un ritual que podía prolongarse hasta la noche. Esa costumbre cambió desde 1983, cuando se creó una sesión única del Congreso pleno en el Salón Elíptico, práctica que se ha repetido hasta el presente. Y desde 2020, en cumplimiento del Estatuto de Oposición, los partidos contradictores del gobierno tienen derecho a presentar réplica al discurso presidencial

 


Autor: Felipe Arias Escobar

 

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Fecha de publicación original Lun, 18/07/2022 - 18:30