Desde su creación en 1954, la televisión colombiana ha recorrido un camino marcado por el aprendizaje e iniciativa para innovar como medio cultural y educativo. Para llegar a ser como la conocemos ahora, la pantalla chica colombiana fue escenario de las producciones en vivo que dio inicio a la carrera de varias estrellas del medio, la programación educativa, el crecimiento tecnológico, la descentralización y la creación de producciones nacionales de alta calidad de la mano con la programadora estatal Audiovisuales.
Desde su creación en 1954, la televisión colombiana ha recorrido un camino marcado por el aprendizaje y la iniciativa de posicionarse como agente de cambio social y divulgación cultural. Recordemos 5 hitos que fueron transformando a la televisión pública como la conocemos hoy en día.
Los programas en vivo
En sus primeros años los programas de televisión se hacían en vivo, muchas veces inspirándose en el lenguaje y puesta en escena del teatro. Los teleteatros, adaptaciones de obras teatrales y literarias en pantalla, fueron durante los 50 el género más emitido y fuente de entretenimiento para los colombianos.
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A la pantalla también llegaron programas de entretenimiento y para niños. El Telecirco fue un ejemplo de ello. Dirigido por el chileno Michel Talento, fue estrenado en 1954 y se emitió los sábados a las 7:30pm: la franja familiar.
El Telecirco protagonizaba expresiones de las artes escénicas como payasos, actos circenses y la participación de niños y niñas como público invitado.
Talento, Michel (director). (1954). El telecirco [Serie]. Colombia: Televisora Nacional. Archivo Señal Memoria, F16mm 800200 (ROLLO 212) DC245- 6818.
Hacia el final de la década comenzaron a emitirse otras propuestas de programas de entretenimiento como musicales y concursos en vivo.
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Los programas en vivo se realizaban por las limitaciones técnicas de la época. Sin embargo, marcó el inicio de la programación colombiana y de la carrera televisiva de artistas como Bernardo Romero Pereiro, Alicia del Carpio, Dora Cadavid
La televisión educativa
En 1961 se dio inicio al proyecto de televisión educativa en Colombia. El objetivo del programa era facilitar la educación de niños en zonas con poca cobertura educativa y, así, reducir los índices de analfabetismo. La iniciativa no era nueva pues se había hecho un primer intento a finales de los años 50 que quebró económicamente a los pocos años.
Camargo, Daniel (Productor). Rodríguez, Germán (Realizador). (1989). 25 años de la televisión educativa. [Documental].Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-241946.
La revitalización del proyecto de televisión educativa fue resultado de la acción conjunta de la Radiotelevisora Nacional y Ministerio de Educación, este último representado por Ligia Fajardo. En 1964, el proyecto se fortaleció gracias al apoyo económico y académico de las misiones de los Cuerpos de Paz norteamericanos y la Universidad de Stanford.
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El proyecto de televisión educativa continuó durante el resto del siglo XX y benefició a niños y adultos que, de otra forma, no hubieran tenido acceso a educación en sus regiones.
La modernización tecnológica
En la década de 1970, se dio un salto tecnológico importante para la expansión de la señal a las regiones del país y la modernización tecnológica de las estaciones de televisión. Por un lado, se inauguró la estación terrena en Chocontá (Cundinamarca) que permitió la recepción y emisión de señales satelitales.
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Desde 1974, además, se inauguró una serie de estaciones retransmisoras en Boyacá (1974), con la que se mejoró la señal de la Cadena Uno hacia la costa norte; Quindío (1976) que amplió el servicio a la zona cafetera; Cúcuta (1977), que cubrió la zona del Valle de Cúcuta; y Caquetá (1978) para atender a los municipios de dicha zona. Para la ampliación de la Cadena 2 se instalaron estaciones en Cali, Neiva, Zipaquirá, Tunja, Bucaramanga, Santa Marta y Cartagena, Carmen de Bolívar, Valledupar y Montería.
A finales de la década se inauguraron también dos estaciones autónomas que contaron con la posibilidad de manejar de manera local la programación basadas en los contenidos que se enviaban en cintas desde Bogotá. Estas estaciones estuvieron en el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (1974) y en Leticia (1978). Esta estrategia de expansión permitió a la televisión llegar a más lugares del país
Finalmente, el 1 de diciembre de 1979 iniciaron las transmisiones a color. Además de representar una novedad para la producción creativa de programas, el cambio al color obligó la modernización de los equipos de Inravisión.
(1979). Primera emisión a color en Colombia. [Clip]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-242815
Los canales regionales Para finales de los 70 e inicios de los 80, se manifestaba cada vez más la necesidad de descentralizar la televisión en el país. Como respuesta a esto, Inravisión decidió otorgar varios de sus espacios en pantalla a programadoras de Cali, Medellín, Barranquilla y Cartagena.
No fue sino hasta 1986 que comenzaron a funcionar los primeros canales regionales: Teleantioquia (1984), Telecaribe (1984), Telepacífico (1988), Telecafé (1992), Televisión Regional del Oriente –TRO- (1995) y Teleislas (2001).
La apertura de los canales regionales fue un paso significativo a la descentralización de la televisión en Colombia. De una programación producida en Bogotá casi que en su totalidad se dio la oportunidad para realizaciones regionales y transmisión de eventos culturales, programas y personajes importantes a nivel local.
La creación de Audiovisuales
Audiovisuales fue la programadora estatal que existió entre 1976 y 2004. Fue creada por el Ministerio de Comunicaciones con el fin de producir contenidos educativos y culturales para la televisión pública. La llegada de Audiovisuales marcó una era de producciones de alto nivel y apuestas ambiciosas que exploraron la historia y diversidad cultural colombiana.
La crisis financiera y administrativa de la televisión pública, a inicios de la década del 2000, afectó negativamente el presupuesto de esta programadora. Audiovisuales fue liquidada en 2004, no sin antes dejar un legado de producciones como Yuruparí (1983-1987), Palabra mayor (1991), Nukak Makú, los últimos nómadas verdes (1993), Travesías (1993), La brújula mágica (1993-1997), Crónicas de una generación trágica (1993), la trilogía De amores y delitos (1995) e Historias de la historia (1995).
Autora: Elsa Garzón