
Para conocer a Santa Marta es necesario visitar más allá de sus límites geográficos. Su identidad se ha construido por siglos en constante relación con los territorios aledaños. Las manifestaciones culturales, los hechos históricos y los diversos saberes han vinculado a las poblaciones hacia historias colectivas.
El Morro, la Quinta de San Pedro Alejandrino, el Parque Camellón Rodrigo de Bastidas, el Museo del Oro Tairona y la playa El Rodadero son algunos de los lugares con los que se identifica a Santa Marta, la perla de América. Sin embargo, la ciudad se extiende más allá de sus fronteras geográficas. Sus vínculos se tejen con el Caribe colombiano, sus historias se nutren con las de otros pueblos, con el intercambio constante de saberes.
Historias compartidas
A solo 35 kilómetros de Santa Marta se encuentra Ciénaga, Magdalena, un municipio que fue declarado Patrimonio de la Nación en 2012. Por sus calles se observa arquitectura neoclásica, pero también se respira el sentir de un pueblo. Allí nació Guillermo Buitrago, el músico que compuso canciones como Ron de vinola, Las mujeres a mí no me quieren y Dame tu mujer José. Sus letras no solo llegaron a Santa Marta y al Caribe, sino que se convirtieron en clásicos para escuchar y bailar especialmente durante la temporada de fin de año.
Las tradiciones no se limitan al vallenato. En Ciénaga también se llevan a cabo celebraciones como el Festival del Caimán. Cada enero, el folclore es protagonista en el municipio. Las danzas cuentan historias de pescadores y sus vínculos con los caimanes teniendo como eje un relato que ha pasado de generación en generación: que la niña Tomasita murió porque ese reptil se la comió.
Al Festival del Caimán no solo asisten cienagueros, también van samarios que se sienten cercanos a los relatos que se representan por medio del folclor, pues hablan de historias compartidas, de modos de vida con similitudes que tienen de fondo géneros musicales ligados a aspectos identitarios. Y, por supuesto, en la celebración se ven costeños de otros municipios y personas de diversos lugares de Colombia que se reúnen gracias a las manifestaciones culturales.
En 1999 la serie Patrimonio dedicó uno de sus capítulos a Ciénaga. En el audiovisual se cuenta sobre la historia del municipio, su arquitectura, su geografía y sus atractivos turísticos. En el siguiente fragmento se habla sobre sus orígenes indígenas y sus aportes a las festividades regionales.
Angulo García, Antonio (Director). (1999). Patrimonio: Historia de Ciénaga. Ciénaga, Magdalena: Pame Televisión para Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007970.
Aunque el folclore es uno de los lazos entre Ciénaga y Santa Marta, también lo es uno de los hechos que hace parte de la historia de la nación: la masacre de las bananeras. Fue en ese pueblo donde el 5 y 6 diciembre de 1928 trabajadores de la multinacional estadounidense United Fruit Company fueron asesinados por exigir mejores condiciones laborales.
El impacto del acontecimiento en la región Caribe hizo que el nobel de literatura Gabriel García Márquez escribiera sobre ello en su libro Cien años de soledad: “de pronto, a un lado de la estación, un grito de muerte desgarró el encantamiento: «Aaaay, mi madre.» Una fuerza sísmica, un aliento volcánico, un rugido de cataclismo, estallaron en el centro de la muchedumbre con una descomunal potencia expansiva”.
Lazos regionales
Las historias en el Caribe se conectan y se tejen con la de la capital del Magdalena. Aracataca, el municipio en el que nació Gabriel García Márquez, se encuentra a 85 kilómetros de Santa Marta. Sus relaciones son cotidianas. Desde Aracataca se llevan productos agrícolas como el banano, la palma y el arroz a la ciudad.
En el Archivo Señal Memoria conservamos el programa Nuestros pueblos de finales de los años noventa. En el capítulo sobre Aracataca se registraron detalles de sus actividades económicas, su historia y sus lazos con otros territorios del Caribe. En el siguiente fragmento se habla sobre sus fronteras y conexiones.
Parra, Iván (Director). (1998). Nuestros pueblos. Aracataca, Magdalena: Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30-009365.
Así como Ciénaga y Aracataca, varios municipios del Caribe tienen vínculos estrechos con Santa Marta. Fundación, El Retén, Plato, Pueblo Viejo son solo algunos de los otros pueblos que tienen relaciones económicas, administrativas y culturales con la capital del Magdalena.
El corazón del mundo
Al hablar de Santa Marta también debemos mencionar a la Sierra Nevada. Aunque administrativamente se vincula con la capital, su territorio ocupa los departamentos de Magdalena, César y La Guajira. Allí nacen ríos que nutren a la ciudad, su naturaleza protege a la población de catástrofes ambientales y los pueblos indígenas que la han habitado han brindado saberes a las y los samarios. El equipo de la serie documental Aborigen, todas las voces fue hasta la Sierra para hablar con los arhuacos. En el siguiente fragmento se aprecian sus lazos con el territorio y se denota a la Sierra Nevada como el corazón del mundo.
Piñacue Achicue, Daniel (Director). (2005). Aborigen, todas las voces. Santa Marta, Magdalena: Fundación Nasa Wala; Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-019394.
Las relaciones de Santa Marta con la Sierra y con otros pueblos no son lineales ni están libres de tensiones. La expansión urbana, el turismo y los cambios en las dinámicas comerciales son solo algunos de los factores que han causado desacuerdos entre las poblaciones. Sin embargo, Santa Marta no puede entenderse en aislamiento, los territorios se moldean entre ellos y la historia compartida se sigue tejiendo.
Por: Laura Lucía González Contreras