Las embarcaciones del río Magdalena | Señal Memoria

Las embarcaciones del río Magdalena
Publicado el Mar, 09/11/2021 - 11:09 CULTURA Y SOCIEDAD
Las embarcaciones del río Magdalena

La navegación por el río Magdalena ha sido una constante desde tiempos prehispánicos y se mantiene relevante aún en la actualidad. Canoas, balsas, piraguas, champanes, barcos a vapor, aerodeslizadores y planchones son muestra de la necesidad de navegar por el río en diferentes momentos de la historia de Colombia.

El Archivo Señal Memoria recupera imágenes de documentales y series educativas, como Historia de la navegación en el río Magdalena y Español grado IV que destacan la importancia del transporte fluvial en el Magdalena.

El río Magdalena es la arteria fluvial más importante de Colombia por las posibilidades que ha ofrecido desde las épocas prehispánicas como medio de comunicación. Los habitantes del territorio han superado las dificultades de navegación, que son propias de su caudal, utilizando diferentes tipos de medios de transporte. 

Balsas, canoas y piraguas

Las comunidades prehispánicas utilizaron balsas construidas con troncos de árboles livianos como la guadua y otras especies arbóreas que abundaban en sus riberas. Las balsas consistían en largos troncos amarrados con bejucos; en ocasiones, se les adicionaba un techo de paja para la comodidad de las personas y la protección de las mercancías. Eran impulsadas por medio de varas largas que se clavaban en el fondo del río. Estas se conservaron en uso como medio de transporte hasta avanzado el siglo XIX, cuando competían con los vapores en el transporte de personas y “frutos de la tierra”.

Estas balsas coexistieron con las canoas o potrillos, que no eran más que troncos ahuecados con fuego y herramientas de piedra, en los que las personas podían transportarse cómodamente sentadas y que permitían, a la vez, realizar otras labores como la pesca y caza de manatíes. La forma de impulsarlas era mediante el uso de remos consistentes en palas largas de madera, que podía fijarse a la embarcación. Este medio de transporte podía tener una extensión de 5 a 6 metros de largo y un ancho que podía sobrepasar los 80 cm.

También existieron las piraguas, una especie de canoa estrecha impulsada por palas cortas de madera y a veces ayudada por una pequeña vela; aún se usa actualmente. Las actividades comerciales que se desarrollaron en el río obligaron a construir grandes piraguas, como la famosa de Guillermo Cubillos, que se utilizaban para el contrabando. 

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Champanes por el Magdalena

Canoas más grandes y con un techo circular fueron los llamados champanes, cuyo modelo fue introducido en la colonia, cuando se pudieron utilizar herramientas metálicas como las hachuelas: curvas que permitían ahuecar grandes troncos de árboles. A veces estas embarcaciones también consistieron en dos o más canoas unidas por tablas. El champán fue muy común en la época colonial cuando se desarrolló la llamada “boga del Magdalena”. Una buena descripción de ellas nos las ofrece el ingeniero Germán Silva: “Estas eran largas y delgadas embarcaciones con esloras entre 15 y 25 metros, manga de 2 metros y 2 metros de puntal.

La tripulación la comandaba un boguero quien tenía a sus órdenes 20 o más bogas quienes armados de pértigas las clavaban en la arena y al caminar sobre el techo impulsaban el Champán hacia aguas arriba”; en ellos se podían transportar hasta 100 toneladas de mercancías. A pesar de su popularidad, los viajeros en sus crónicas siempre afirmaron que los champanes tenían que competir con las más numerosas canoas, piraguas y bongos; estos últimos eran “grandes piraguas construidos con troncos de árboles que pueden contener 60 o 70 toneladas de mercancías”.

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Los champanes y su navegación por el río han sido inspiración para artistas. En 1877, el poeta momposino Candelario Obeso publicó su poema Canción del boga ausente. La canción, que es parte de la antología Cantos populares de mi tierra, cuenta los pesares de un boga que rema en medio de la noche. El poema hizo parte de la programación educativa de Inravisión en 1985 como ejemplo de las manifestaciones culturales de los ríos: 

 

De Pachón, Irma (directora). (1985). Español Grado IV [Serie]. Colombia: Televisión educativa y cultural de Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P242055.

 

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La modernización de la navegación: vapores, aerodeslizadores y planchones

La modernización de la navegación por el río inició con la llegada del vapor “Fidelidad” a partir de 1824. Gracias a la labor de Juan Bernardo Elbers, quien no logró ver frutos de su empresa debido a las dificultades que enfrentó. Su ejemplo fue seguido por importantes compañías, que utilizaron los vapores para la exportación de tabaco, quina y café; y para introducir del extranjero todo lo que el país requería en su proceso de modernización.  

Además del aspecto económico, las travesías en barcos a vapor por el Magdalena fueron documentadas por viajeros. El programa Historia de la navegación en el río Magdalena, producido por la dirección de educación a distancia, narra uno de dichos testimonios acerca de las características y apariencia de un barco a vapor:

 

Restrepo, Eduardo (director). (s.f.). La historia de la navegación por el río Magdalena [Documental]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT 207466.

 

El vapor, que se mantuvo hasta avanzado el siglo XX, sirvió para estimular la utilización del río como medio de transporte, pero, debido a las cambiantes condiciones de navegabilidad, debió ceder espacios a medios más modernos como los aerodeslizadores. Este medio de transporte híbrido prestó servicios desde Puerto Berrío a Barranquilla entre 1916, gracias a la labor pionera de Gonzalo Mejía, lo que redujo la duración del viaje de diez a dos días. Consistía en un planchón movido por un motor y una hélice de avión.

Adicionales a estos medios de transporte, era común encontrar hasta los años 70 los planchones, unidos entre sí, que eran remolcados por barcazas. Tenían una gran capacidad de carga, pues cuando las condiciones lo permitían podían transportar automóviles, ganado, carbón y otras mercancías de gran volumen.

La navegación en la actualidad

Hoy, la navegación por el Magdalena sólo se hace en cortas distancias y por los medios más tradicionales: canoas, piraguas, algunos planchones y muchas lanchas modernas; que por su corto calado pueden transportar mercancías y personas en un río, que en verano ve disminuido su caudal y en invierno oculta su canal. Debido a esto, y gracias al proyecto de recuperación de su navegabilidad, pronto será utilizado por cruceros y barcos que permitirán que Colombia recupere para la economía y el desarrollo social el más importante de sus ríos.

 


Autor: Alonso Valencia

 

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Fecha de publicación original Mar, 09/11/2021 - 11:09