Restaurar y conservar, un diálogo con la historia | Señal Memoria

La restauración, un diálogo con la historia
Publicado el Jue, 27/01/2022 - 08:03
La restauración, un diálogo con la historia

Los restauradores son responsables de preservar el legado cultural de la humanidad. Lo hacen cuando reciben una pieza deteriorada y la devuelven en el mejor estado posible. Es una profesión exigente que requiere un amplio conocimiento, tanto de la pieza como de la técnica para restaurarla, e incluso de las condiciones óptimas para su almacenamiento. Hoy, la importancia de la restauración es innegable, e igualmente la de instituciones como Señal Memoria, que se dedica a salvaguardar, promocionar y circular el patrimonio audiovisual y sonoro de los medios públicos del país.

Hoy, 27 de enero, se celebra el Día Internacional del Conservador Restaurador, fecha que fue definida en el XVIII Congreso Internacional de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, llevado a cabo en Granada, España, en 2011.

¿Quiénes son los restauradores?

Empecemos por el principio. Son los grandes responsables de preservar el legado cultural de la humanidad. Un restaurador investiga, divulga, expone, ordena. Y, sobre todo, hace restauración. Recibe una pieza deteriorada y la devuelve en el mejor estado posible, a la que vez que la prepara para que soporte el paso del tiempo. El restaurador es como un médico que opera para salvar piezas que están en peligro. 

Y no basta con las ganas. La restauración requiere un amplio conocimiento que implica muchas horas de estudio, desde los aspectos técnicos al momento de decidir cómo devolverle el brillo a la obra, hasta la comprensión de la misma, incluso en su dimensión espiritual. También se debe tomar en cuenta cómo almacenarla para que soporte el paso de los años y no se deteriore. Es una labor sumamente exigente.

En 1998 Colombia Fin de Siglo dedicó un episodio a la restauración. En este fragmento que hace parte del Archivo Señal Memoria podemos escuchar a Celia Álvarez, restauradora colombiana, hablando del proceso de intervención y diagnóstico necesario al momento de recibir una obra. 

 

Jaramillo, Patricia (1998). Colombia fin de siglo [Restauración y preservación de obras de arte]. Bogotá: Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010323 CLIP 1.

 

¿Por qué restaurar?

Primero, porque las obras se deterioran: por accidente, como alguien que voltea un vaso de agua; por descuido, como quien deja que la luz del sol bañe directamente una superficie y la afecte; por el simple paso del tiempo, que llega con su óxido. Pero va más allá: restaurar las manifestaciones culturales mantiene viva la memoria, la cual articula la identidad de una sociedad, de una nación. La Unesco ha declarado la importancia vital de proteger el patrimonio. Así, entre otras razones, al restaurar se mantiene vivo un insumo necesario para la creación de nuevas obras culturales y nuevas reflexiones sobre la historia y la identidad de las distintas sociedades y países.

Y aunque la idea de reparar y conservar objetos viene del siglo XVIII, no siempre la restauración tuvo una perspectiva científica. En ese entonces los objetos a restaurar dejaron de ser vistos como intocables y míticos y empezaron a ser pensados como cultura material que podría salvaguardarse en beneficio de la sociedad. Vinieron entonces debates intensos y se adoptaron distintas posturas: ¿se debía mantener la autenticidad de una pieza y devolverle su estado original o, más bien, era necesario entender el paso de la historia y dejar que la cultura material muriera? Una síntesis de ambas posturas surgió a raíz de la idea de entender la restauración como una manera de trabajar la pieza con el fin de conservarla en el mejor estado posible, pero sin sacarla de su contexto ni negar su historicidad.

“La restauración nos permite la salvaguarda y conservación de las piezas que se valoran como una obra de arte, con una gran importancia histórica, social y cultural para la humanidad. Lo hacemos por medio de acciones que nos permiten detener su deterioro y desaparición, para que puedan ser transmitidas al futuro. Es un proceso muy responsable y especializado, por medio del cual podemos traer de nuevo a la luz obras que habían estado ocultas o escondidas durante muchísimo tiempo, o que han sufrido algún tipo de daño, degradación o destrucción”, señala Carol Sabbadini, líder del Área de Gestión de Colecciones de Señal Memoria. 

Sabbadini, con estudios en Restauración y Conservación del Patrimonio Artístico y Cultural y una Maestría en Artes Visuales, explica que el objetivo de la restauración depende de la escuela. Ella, que bebe de la fuente de Cesare Brandi y la escuela italiana, plantea que se debe mantener la autenticidad de la obra y que el objetivo no es devolverla a su estado primigenio, sino permitir que brille y pueda ser apreciada según sus funciones estéticas e históricas. “Para mí, la intervención debe ser mínima y reversible. Es importante preservar la pátina del tiempo, ese barniz que los años han dejado encima. Eso hace parte de su valor histórico”, dice. Se piensa a sí misma como un medio o una herramienta, no como una creadora. Sin embargo, admite, alguien de la escuela inglesa de restauración diría lo contrario, que el objetivo sí debe ser devolver la pieza a su estado original. 

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Desde entonces el debate no se ha detenido, pero sí se ha logrado un consenso general frente a la importancia de la restauración. Por eso, con el paso de los años han aumentado las iniciativas dedicadas a esta disciplina. Un buen ejemplo es justamente Señal Memoria, institución creada en 2015 y dedicada a salvaguardar, promocionar y circular el patrimonio audiovisual y sonoro de los medios públicos de Colombia.

Señal Memoria guarda los registros emitidos desde 1940 por la Radio Nacional (aunque en algunos registros se han hallado copias de documentos sonoros que datan de 1914) y por la televisión pública nacional a partir de 1954. Además, conserva material fílmico que viene de los años 40, así como algunas fotografías que registran la historia de la televisión y la radio nacionales de la segunda mitad del siglo XX y las dos primeras décadas del XXI.

Aunque en Señal Memoria hay distintos procesos —como la gestión de nuestras colecciones (identificar el material y clasificarlo en el catálogo), la investigación del archivo (producción de conocimiento a partir de los documentos) y la circulación del mismo (compartir su contenido con la comunidad)—, hoy queremos destacar uno en particular: el que corresponde al Área de Conservación y Preservación, liderado por Jorge Mario Vera. Esta área se encarga de proteger los soportes y el contenido visual y sonoro, lo que al final permite salvaguardar y difundir el patrimonio que protege RTVC.

“Lo que se busca con el proceso de restauración es mostrar la obra en su esencia original, con sus características de luz, color y sonido originales, pero también que se pueda mostrar públicamente”, explica Vera, Comunicador Audiovisual con estudios de posgrado en Conservación y Restauración Fílmica y Digital. También comenta que en la actualidad Señal Memoria está restaurando producciones fílmicas de los años 50 y series de los 80 y 90. “La restauración no es solo de contenidos, aunque son fundamentales porque narran ciertos momentos sociopolíticos. También hay que entenderla desde el punto de vista estético: cada formato tiene unas características particulares”, concluye.

Más allá de los procesos de digitalización, Señal Memoria también conserva los soportes originales de los diferentes formatos magnéticos, ópticos, fílmicos, fotográficos y nativos digitales. Hay alrededor de 450.000 documentos en soporte físico, de los cuales 230.000 ya han sido intervenidos para su limpieza externa y digitalización, mientras que 190.000 han sido catalogados.

 

Siempre hay un goce estético. Es maravilloso ver de nuevo las obras cuando salen a la luz después de haber pasado por un proceso de restauración...

 

Esto quiere decir que el trabajo de Señal Memoria sigue. La restauración no solo mira al pasado, a lo que ya se hizo y es necesario preservar, sino que también mira al futuro, a la construcción de una memoria que viva por muchas décadas más y cuente la historia, a través de cada pieza restaurada, de quiénes somos. Y mientras el trabajo sigue, los restauradores lo disfrutan. Lo dice Sabbadini: “Siempre hay un goce estético. Es maravilloso ver de nuevo las obras cuando salen a la luz después de haber pasado por un proceso de restauración. Y el goce también está en manejar una técnica antigua de hace muchísimos años para restaurar la obra”.

 


Autor: Santiago Cembrano

 

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Fecha de publicación original Jue, 27/01/2022 - 08:03