Además de los comentarios sobre los roles de género y la familia tradicional, Señora Isabel también trata historias relacionadas con prejuicios y tabúes propios de la sociedad colombiana.
La enfermedad, el racismo y el clasismo están presentes en el dramatizado a través de subtramas como el cáncer de seno de Beatriz, el silencio de Julia Emma ante problemas familiares y la desaprobación de la unión interracial de Pablo e Ivana.
Señora Isabel, producida por Coestrellas en 1993 y emitida en 1994, es un dramatizado impregnado de tabúes y temas inmencionables en las altas esferas de la sociedad colombiana de los años 90.
Su protagonista es Isabel Domínguez de San Martín, una madre de familia abnegada por la crianza de los hijos el mantenimiento del hogar y el cuidado de su esposo; que debe enfrentar el dolor de la infidelidad, los comentarios negativos sobre su apariencia y las críticas por su amorío con Miguel Ángel, un hombre 30 años más joven que ella.
Si bien la historia se centra en el crecimiento de Isabel y su búsqueda por el equilibrio entre la maternidad, su vida pública y su propia individualidad; sus escritores, Bernardo Romero Pereiro y Mónica Agudelo, hilaron también otras problemáticas propias de su sociedad a través de subtramas y personajes. Por eso se pueden identificar alegorías a temas como el clasismo, el racismo y la enfermedad, los cuales son adicionales a los ya conocidos comentarios sobre los roles de género, el amor y la familia tradicional colombiana.
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El racismo
El personaje de Ivana es una alegoría del racismo en la sociedad colombiana. Su familia, de origen marfileño, tiene altos ingresos económicos y nivel educativo; algo que entra en conflicto con los prejuicios de la familia San Martín Domínguez.
La serie muestra tanto la desaprobación de los familiares de Pablo, el hijo de Isabel, por su relación con una mujer afrodescendiente; como la desconfianza de la familia de Ivana por su unión interracial. Esta interpretación del prejuicio racial, si bien hoy en día puede considerarse problemática o simplista, no deja de ser una de las formas en las que se abordó narrativamente la discriminación en los años 90; y un espejo de cómo Romero Pereiro y Agudelo interpretaron la problemática en su contexto.
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En el episodio 28, André, el hermano de Ivana, menciona explícitamente la barrera impuesta entre ambos hermanos y el resto de sus compañeros de clase por su color de piel:
Humar, Alí. (Director). (1994). Señora Isabel. Bogotá: Producciones Coestrellas. Archivo Señal Memoria, VR BTCX60-070453.
La salud mental y física
La enfermedad es otra constante en Señora Isabel. Juliana San Martín, la hija menor de Isabel, enfrenta problemas de salud mental y un desorden alimenticio, algo poco comentado en la época de la novela. Por otro lado, María Consuelo, la mejor amiga de Isabel, contrajo Sida.
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Otro diagnóstico recurrente en la historia es el de Beatriz, quien se entera que tiene cáncer de seno. Además de los miedos propios de contraer una enfermedad que se consideraba una sentencia de muerte en esa época, los escritores exploraron también las tensiones que puede haber por los cambios que trae el tratamiento. Un diálogo entre ella y su esposo Luis Fernando, en el episodio 24, revelan sentimientos encontrados entre el amor, la indefensión y la condescendencia:
Humar, Alí. (Director). (1994). Señora Isabel. Bogotá: Producciones Coestrellas. Archivo Señal Memoria, VR BTCX60-070449.
Clasismo y tabú
Señora Isabel es una historia centrada en una familia de altos ingresos de Bogotá y su círculo cercano. No es extraño, entonces, que los comentarios y críticas sociales estén escritos en función de ese entorno y que el clasismo esté presente de forma transversal en la trama.
El clasismo se define como la discriminación hacia una persona o colectivo por no tener las características de su propio grupo social. Este prejuicio, predominante en entornos considerados de “alta sociedad” o élite, incluye el desprecio según los ingresos económicos o las formas de comportarse propias de un grupo social menos favorecido, y es un modo de mantener por fuera de los círculos socioeconómicos a las personas que no cumplan con las expectativas.
El clasismo, por lo general, coincide con otros prejuicios sociales como el racismo, ya que en algunos casos el origen étnico se considera un indicador de clase. También puede ser una actitud que obliga a ocultar o reprimir ciertos temas a nivel individual o familiar por considerarse inapropiados o fuera de la norma social. De ahí la precaución en algunos círculos por no salirse de los roles de género establecidos o evitar hablar de temas como la salud física o mental.
Esta transversalidad la podemos notar en la serie con la forma en que el clasismo y la aporofobia coinciden con los prejuicios antes mencionados. Por ejemplo, en la siguiente escena del episodio 23 se puede ver, por un lado, el racismo de algunos familiares de Isabel y, por otro, la sorpresa de varios de ellos al conocer que Ivana, mujer afrodescendiente, había estudiado en el extranjero:
Humar, Alí. (Director). (1994). Señora Isabel. Bogotá: Producciones Coestrellas. Archivo Señal Memoria, VR BTCX60-070448.
En esta escena también se ve cómo Julia Emma, la madre de Isabel, corta tajantemente a su nieta Juliana para evitar hablar de su cita con el psiquiatra frente a las visitas como si mencionar un proceso emocional o de visita al psicólogo fuera algo negativo o reprochable.
Sin duda, algunos de los comentarios sociales de Señora Isabel siguen vigentes a pesar de haberse hecho hace 30 años. ¿Cuánto creen que ha cambiado la sociedad desde entonces?
Autora: Elsa Garzón
