En los años noventa, los noticieros colombianos, en especial el Noticiero de las Siete, funcionaron como archivos vivos donde se conservan fragmentos de vidas LGBTIAQ+ marcadas por la estigmatización, el silencio y la irrupción en la esfera pública. A través de coberturas sobre el servicio militar, el sistema educativo, el VIH/Sida y las identidades de género, emergen registros que, lejos de ser neutros, moldearon imaginarios sociales. Este artículo analiza cómo esos relatos televisivos configuraron una memoria audiovisual en disputa, donde lo diverso fue objeto de observación, pero también testimonio de resistencias y afirmaciones subjetivas que desbordaron el discurso hegemónico.
Durante los años noventa, la televisión nacional fue una ventana de exposición de las múltiples tensiones sociales, políticas y culturales. Los noticieros de ese entonces fueron un dispositivo informativo que, más allá de presentar diariamente hechos noticiosos, hoy se revelan como archivos vivos donde permanecen registros fragmentarios de vidas, cuerpos y resistencias que, dado su carácter transgresor para la época, fueron convertidos en noticia.
En estos archivos audiovisuales se conservan retazos de lo que Michel Foucault llamaría “la historia de los vencidos”, registros que escapan de los libros oficiales, pero que se preservan en imágenes, palabras y silencios ausentes en las narrativas hegemónicas. Desde esta lectura, los noticieros pueden entenderse hoy como dispositivos de memoria audiovisual de las diversidades, donde aparece la alteridad como esa figura del otro que incomoda, desafía o es reducida al objeto de observación.
Uno de los informativos más recordados de la década fue Noticiero de las Siete N7, producido por Programar Televisión entre 1983 y 2001. Más allá de su función periodística, nos permite hoy rastrear la aparición de las diversidades LGBTIAQ+ en la esfera pública, en un contexto marcado por el prejuicio, el vacío legal y la violencia simbólica. A través del análisis de cinco piezas audiovisuales de N7 es posible reflexionar sobre cómo la televisión moldeó imaginarios sociales e históricos, a la vez que dejó un legado patrimonial desde el cual visibilizar luchas y memorias diversas.
El debate por la homosexualidad en el servicio militar
Uno de los momentos más elocuentes en la construcción mediática de la alteridad LGBTIAQ+ fue la cobertura del Decreto 85 de 1989, expedido por el Ministerio de Defensa, que clasificaba la homosexualidad como causal de inhabilidad para prestar servicio militar obligatorio. Aunque esta disposición se mantuvo vigente por años, sería solo en 1999, con la Sentencia C-507, cuando se abriría legalmente la puerta a que hombres homosexuales ingresaran a las fuerzas armadas.
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Un fragmento de N7 nos muestra una plenaria del Congreso en 1995. Más que representar la voz de ciertos congresistas, esta escena refleja una visión hegemónica de lo masculino, lo militar y lo nacional, donde la homosexualidad queda excluida. El lenguaje utilizado en el debate nos permite identificar categorías de deslegitimación, tintes de burla, desprecio o ridiculización.
Orozco Tascón, Cecilia (Directora). (1996). Noticiero de las Siete N7 : 1983-2001. [Debate de propuesta en el Congreso sobre la aceptación de homosexuales en el servicio militar]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-063980
Hoy, este registro adquiere un valor crítico al evidenciar cómo el Estado, desde su posición de poder, participó activamente en la construcción del estigma. Aun sin proponérselo, el noticiero deviene archivo testimonial, dejando ver que el discurso mediático sobre la diversidad no fue neutral, modelaba lo visible, lo legítimo y lo defendible en el espacio nacional.
El estatuto docente y la moralización de la homosexualidad
Otro fragmento significativo conservado por N7 corresponde a la cobertura de la Sentencia C-481 de 1998, que declaró que la homosexualidad no constituía una causa válida para retirar del magisterio a una persona por "inmoralidad pública". Esta decisión, que apelaba al Estatuto Docente de 1979, marcó un hito dentro del sistema educativo colombiano.
La representación de este acontecimiento es sutil pero elocuente pues recoge tensiones sociales, presenta voces diversas y, al mismo tiempo, visibiliza el conflicto sobre la presencia de cuerpos disidentes en espacios de formación. El lugar que se le da en el noticiero, con cierto resalte, nos permite reflexionar sobre cómo estos eventos ganan estatus de noticia y comienzan a inscribirse en la esfera pública. Desde el aula pasamos al espacio de lo íntimo-legal, donde otra forma de reconocimiento comenzaba a emerger, todavía fuera de los marcos jurídicos convencionales.
¿Matrimonio o convenio notarial? El día que las cámaras vieron la primera formalización legal de parejas homosexuales
En diciembre de 1998, N7 registró la firma de una escritura pública entre dos hombres, quienes, ante la ausencia de una figura legal como el matrimonio, constituyeron una sociedad patrimonial reconocida ante la notaría. Años más tarde, en 2016, Colombia reconocería el matrimonio igualitario mediante la Sentencia SU-214, pero este gesto pionero anticipa, desde la marginalidad, un horizonte de derechos aún por conquistar.
Aunque no fue el primer convenio de este tipo en el país, su cobertura televisiva marcó una diferencia. La noticia fue tratada con un tono oscilante entre lo curioso y lo anecdótico, pero también desde el impacto y la opinión, que en conjunto le dio visibilidad, espacio y titular. Se duplicó el tiempo promedio de las notas editadas y se convirtió en tema casi central de emisión.
Este fragmento funciona como archivo vivo que captura la tensión entre exclusión legal y afirmación subjetiva. El noticiero, sin pretenderlo, documenta un acto de ciudadanía sexual incipiente, donde lo que está en juego no es solo un contrato civil, sino el derecho a formar parte del relato nacional.
Una doble reclusión: el sida y la homosexualidad en la cárcel La Modelo de Bogotá
La pandemia por VIH/sida en Colombia fue objeto de atención mediática, aunque cargada de estigmas. Hasta hace poco, se asoció el virus casi exclusivamente con la homosexualidad masculina. En este contexto, el lente de N7 capturó la figura del preso homosexual con VIH: doblemente marginado, doblemente castigado.
En un país que apenas empezaba a hablar del VIH sin pánico moral, la imagen televisiva mostraba al "diferente" no solo como enfermo, sino como sujeto a un aislamiento adicional. La alteridad aquí es biopolítica, el cuerpo del otro es marcado, controlado, encerrado. Esta escena condensa el cruce entre criminalización del deseo y patologización de la diferencia.
Los otros y las otras: la transexualidad como objeto periodístico
Otro de los registros más significativos del Noticiero de las siete N7 sobre identidades de género no normativas corresponde a un informe de 1993 dedicado a una mujer trans que se ha sometido a una cirugía de reasignación de sexo. El audiovisual presenta su transformación corporal como una suerte de espectáculo médico, donde lo íntimo es expuesto ante las cámaras y el cuerpo se convierte en territorio de interrogación pública. La representación que ofrece el noticiero está marcada por una mirada de curiosidad clínica y un sensacionalismo contenido, que revelan los límites de lo decible y lo mostrable en la televisión de la época.
Este fragmento puede entenderse como una cápsula del tiempo que condensa las tensiones culturales y sociales de los años noventa. Por un lado, funciona como testimonio de autoafirmación: la entrevistada asume públicamente su decisión de género en medio de un lenguaje mediático que insiste en patologizar o explicar su vivencia. Por otro, permite trazar una línea en la historia de las diversidades sexuales y de género en Colombia, en un contexto todavía regido por nociones heteropatriarcales dominantes.
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Archivos en disputa: memorias disidentes:
Estos registros no deben entenderse como piezas aisladas. En conjunto, dialogan con los hitos del movimiento LGBTIAQ+ colombiano; aquello que los noticieros mostraban como rarezas era, en realidad, la gestación de una ciudadanía disidente.
Desde la perspectiva de la alteridad, estos noticieros configuran un archivo paradójico. Documentan exclusiones, caricaturas y controles, pero también conservan momentos de aparición pública, de afirmación, de existencia. Hoy, en pleno siglo XXI, estos archivos nos interpelan: ¿cómo se construyó la mirada sobre lo LGBTIAQ+? ¿Qué relatos sobrevivieron? ¿Qué cuerpos quedaron fuera de cuadro?
En un país donde la violencia contra las personas LGBTIAQ+ persiste, volver a estos registros no es solo un ejercicio de archivo: es una forma de resistencia. Porque todo archivo, especialmente uno que sigue vivo en la memoria colectiva, es también una posibilidad de justicia.
Por: Juan David Alfonso
