Estafas a Colombia. Algunos casos | Señal Memoria

Estafas a Colombia
Publicado el Mié, 22/03/2023 - 23:16
Estafas a Colombia. Algunos casos para reírnos de nuestra propia desgracia

Este artículo pretende mostrar algunos casos relacionados con estafas realizadas a los colombianos, materializadas en saqueos, corrupción y pirámides.


Estafas a Colombia, algunos casos para reírnos de nuestra propia desgracia.

Las estafas son conocidas como tipos de robo en donde la víctima, accede de manera voluntaria y mediante engaños a entregar sus recursos o bienes, inducido por una posible mayor ganancia, que a la postre termina siendo la pérdida de estos a manos del estafador.

En Colombia, se ha convertido en costumbre la frase “el vivo vive del bobo”, para justificar las acciones de algún avezado miembro de la sociedad que es bueno para generar riqueza y tener medios de vida superiores a los de los demás, sin tener certeza de la procedencia de sus bienes.

Esta actitud muy propia de la sociedad colombiana justifica situaciones cotidianas en donde se pueda sacar ventaja, tales como; no pagar lo debido en un supermercado, saltarse la fila para entrar a un establecimiento o simplemente para pedir rebaja en la compra de alguna cosa. Sin embargo, esta también ha sido la actitud más reprochable cuando se anuncian noticias relacionadas con saqueos, estafas, corrupción y más recientemente con las denominadas pirámides.

Las estafas y sus implicaciones se han convertido en el pan de cada día en la historia del país, sus consecuencias las asumen todos los colombianos, ya sea a través de más impuestos o con la pérdida de oportunidades de inversión que les permitirían tener un mejor presente y futuro.

A propósito del tema en Señal Memoria recordamos algunas de estas situaciones a partir de la revisión de nuestro acervo documental:

Los saqueos

El saqueo o pillaje, es una conducta relacionada con la toma de bienes ajenos de manera ilegítima para enriquecerse. Con la llegada de los conquistadores en el siglo XV y el dominio colonial de los siglos siguientes, se produjo un fenómeno aún sin calcular con precisión, el saqueo del oro, los tesoros de las comunidades indígenas y los metales preciosos encontrados en tierras americanas.

Sin el ánimo de entrar en la discusión sobre el uso de la violencia en la conquista por parte de los colonizadores europeos sobre las comunidades nativas del continente americano, es evidente que una de sus formas era el saqueo de los materiales preciosos, especialmente oro y plata, y su posterior traslado al continente europeo en barcos y fragatas, los cuales eran usados para reponer las inversiones de las travesías realizadas para llegar al nuevo continente.

Una de las situaciones que aún hoy es motivo de controversia es la aparición del Galeón San José en aguas territoriales de Colombia en el año 2015, se presume que en este se encuentran diversos objetos de valor, entre ellos lingotes de oro, plata y demás elementos preciosos por un valor estimado de 10.000 millones de dólares. Así lo menciona Ernesto Montenegro, quien para el año 2015 era el director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) en el programa El Atardecer de Radio Nacional de Colombia:

 

Radio Nacional de Colombia, 2015. El Atardecer: diciembre 07 de 2015 [Entrevista a Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) - Diciembre 07 de 2015]. [Periodismo Informativo]. Colombia. Radio Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, RNDC-DGW-216218-01

 

Sin embargo, su hallazgo ha estado vinculado a múltiples pleitos legales sobre su pertenencia; en primer lugar, Colombia lo considera como propio debido a que el barco se encuentra en el mar de su jurisdicción y parte de las riquezas en su interior pertenecían a las comunidades nativas; en segundo lugar, España lo reclama porque el Galeón era un barco oficial; y por último, en esta disputa se encuentra la empresa estadounidense Sea Search Armada (SSA) que considera que le pertenece parte del botín debido a que encontró el preciado tesoro en el fondo del mar colombiano.

Esta situación plantea que, aunque parezca un mal chiste, después de 300 años de realizado el saqueo a las comunidades nativas del territorio colombiano, es necesario avanzar en acciones legales para que el Estado pueda proteger su propio patrimonio nacional.

La corrupción

Otra forma de estafa que día a día aparece en el país hace referencia a la actuación de funcionarios públicos que hacen mal uso de los recursos del erario para su propio beneficio. 

Los casos de corrupción abundan por montones, y afectan todos los ámbitos de la administración pública, existen casos destacados en los sectores minero-energético, en la atención en salud, en la prestación de servicios públicos, en la construcción de infraestructura vial y hasta en la contratación para la entrega de comida para los niños más necesitados.

Los costos de la corrupción para el Estado colombiano son incalculables, la Contraloría General de la República en el año 2021 mencionó un valor cercano a los 50 billones de pesos anuales, pero son aún más cuantiosas las pérdidas en las posibilidades de crecer en infraestructura, en servicios públicos de calidad y demás actividades en las que el Estado podría beneficiar a todos los colombianos.

Lastimosamente, en los casos en los que se han identificado estas conductas malsanas, la operación de la justicia se ha visto maniatada debido a las artimañas con las cuales se defienden las personas involucradas en este tipo de actividades. Así lo menciona un funcionario del juzgado 26 penal del circuito de Bogotá en el sonado caso de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá contra Fabio Puyo Vasco, quien en su momento se valió de múltiples tretas procesales para evadir a la justicia colombiana, como lo veremos en el siguiente fragmento audiovisual:

Programar Televisión [productor]. 1997. Noticiero de las siete N7 [Funcionario del Juzgado 26 habla sobre la audiencia de Fabio Puyo y los delitos en los que ha incurrido]. [Programa Informativo]. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-064320 31:24 – 32:22

Para reírnos de nuestra desgracia, a pesar de la abundancia de casos y las múltiples formas en las que se presentan estas prácticas, los colombianos hemos tenido que pagar con creces todos estos hechos no solo con dinero, sino también con la imposibilidad de contar con instrumentos de justicia que condenen ejemplarmente estas actividades y a las personas involucradas, los cuales en ocasiones tienen el descaro de contrademandar al Estado, son recluidos en cárceles con privilegios o se encuentran en libertad y continúan delinquiendo para apropiarse de los recursos del erario desde altos cargos y dignidades.

Las pirámides

Por último, cabe mencionar uno de los más sonados casos de estafa en la historia reciente del país, las pirámides, una actividad basada en la captación de dinero del ciudadano del común, con la promesa de altos rendimientos en muy corto plazo, pero que al final se diluye en la pérdida de los recursos “invertidos”.

Uno de los primeros casos identificados de este tipo de estafa, aparece en 1841, cuando un próspero empresario boyacense, Judas Tadeo Landínez, realizó un proceso de captación de dinero, en el que entregaba mayores rendimientos y beneficios que los bancos de la época. Este negocio le permitió construir un conglomerado empresarial en el que se contaban haciendas, minas de carbón, almacenes y hasta una empresa de seguros. 

Sin embargo, debido a que muchas de las propiedades con las que contaba eran compradas a crédito y frente a los rumores de su falta de liquidez, muchos de los inversionistas empezaron a retirar su dinero, llevando a su imperio empresarial a la quiebra.

Landínez terminó quebrado y en la cárcel, mientras que uno de sus socios José María Plata huyó del país presuntamente con parte de los recursos de los negocios con Landínez, evitando así la condena judicial y social. Paradójicamente 10 años después regresa al país y obtiene altas dignidades como Senador de la República, Gobernador de la provincia de Bogotá, secretario de Relaciones Exteriores, del Interior y de Hacienda y presidente del Estado de Cundinamarca. 

Al finalizar la primera década del milenio, se presentó el surgimiento de pirámides en todo el territorio nacional, el caso más sonado de este tipo de negocios fue el de David Murcia Guzmán y su empresa DMG.

DMG empezó en el año 2005, siendo una empresa de comercialización de productos y servicios, con operación principalmente en cuatro (4) municipios del departamento del Putumayo, sin embargo, la rentabilidad que entregaba a sus asociados hizo crecer el negocio de manera vertiginosa al punto que, en el año 2008, más de 300.000 personas habían depositado recursos en alguno de sus negocios ubicados en 62 municipios del país.

El auge de este negocio se convirtió en un tema de interés nacional debido a que, las filas de personas para poner en riesgo su patrimonio eran innumerables, había demasiada incertidumbre sobre el origen de sus recursos y se mencionaba el posible lavado de activos a través de la red de inversiones que manejaban las empresas que hacían parte de este atractivo negocio. Lo anterior, hizo que el Gobierno Nacional, en cabeza de Álvaro Uribe, declarara la emergencia social y económica a través del decreto 4333 de 2008 y tomara una serie de medidas para contrarrestar los efectos negativos del cierre de estos lugares.

Los efectos de esta modalidad de estafa son analizados por los entonces senadores Jorge Enrique Robledo y Jorge Enrique Vélez en el programa Senado de frente del año 2008:

SportSat Televisión para RTVC - Sistema de Medios Públicos. [productor]. 2008. Senado de frente : [Pirámides en Colombia] / Dirección, Jairo Gómez. [Programa de Opinión]. Colombia: SportSat Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-050075 1:50 – 5:34.

 

Esta estafa, tal y como lo mencionan los senadores, se materializó con la pérdida de dinero de todas estas familias, generando mayor pobreza, aumentando la delincuencia (robo y homicidios) y una crisis económica en la que muchos colombianos se vieron abocados a la pérdida de todos sus bienes y recursos, aún hoy, casi 15 años después todavía esperan poder recuperar algo de lo entregado en este flamante negocio.

En conclusión, los colombianos han padecido las consecuencias de la ambición desmedida de algunos compatriotas y de la inoperancia del Estado y sus gobernantes para atacar o mitigar la existencia de las estafas, generando una constante desgracia que se ve reflejada en la frecuente pérdida de dinero, recursos económicos y una condena al subdesarrollo, sin embargo, la idiosincrasia propia del colombiano hace que a cada caso se le saque un chiste que le permita reírse de su propia desgracia. 

 


Autor: Iván Darío Romero Vega

 

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Fecha de publicación original Mié, 22/03/2023 - 23:16