Por: Eduardo Pinzón
Sabemos que era bogotano y que incursionó muy joven en el teatro, cuando hizo parte del Grupo Escénico Infantil de la Radiodifusora Nacional de Colombia, dirigido por José Agustín Pulido Téllez. Al final de su carrera se dedicó a la enseñanza para compartir sus reflexiones sobre la profesión actoral con niños y jóvenes, de esa época conservamos este testimonio en dónde cuenta que su primer papel le permitió salvar un año escolar.
Tiempo después ingresó al grupo actoral de adultos de la misma emisora, bajo la dirección de Bernardo Romero Lozano. Se destacó por su talento con la voz, por lo que trabajó en radioteatros en franjas como Teatro de bolsillo, Radioteatro dominical, Acción cultural popular y en Caracol como director. Su talento llegó a México, donde supo abrirse camino, al segundo día de haber llegado comenzó a actuar para Televisa y luego trabajó en radio dentro de un medio con radioactores de primer nivel. Su mayor nostalgia fue la radio porque se le daba a la gente la posibilidad de imaginar.
Podemos apreciar su talento declamatorio en las tablas, alguna vez en el teatro la Baranda interpretó al poeta Pablo Neruda.
Obra de teatro: El regreso del Cartero, Teatro la Baranda, Bogotá, 2002.
En televisión gozó de la misma acogida. Como actor se destacó por el papel antagónico de Judas Tadeo Forero en la adaptación televisiva de la novela costumbrista Manuela, primera telenovela grabada en colores (producciones Punch, 1975), de igual forma hizo parte del elenco de El caballero de Rauzan (RTI, 1978) producción inspirada en la novela de Felipe Pérez Manosalva.
Por otra parte, dirigió telenovelas como Un largo camino (1977), La abuela (1979) y La Marquesa de Yolombó (1978). Bajo su dirección, actores y actrices encontraron el papel por el que serían recordados, por ejemplo, dirigió en escena a Teresa Gutiérrez quién interpretó a Doña Brígida Paredes en La abuela y a Álvaro Ruiz en el papel de Fernando de Orellana en la Marquesa de Yolombó, ambas escritas o adaptadas para televisión por el guionista Julio Jiménez.
Posteriormente, defendió los derechos de dichos artistas participando en la creación del CICA (Circulo Colombiano de Artistas) en 1984, primera asociación que estableció una serie de reglas y condiciones para la contratación y el trabajo en la televisión colombiana. El periodista Hernán Castrillón le preguntó a Fabio su opinión sobre el desarrollo de la profesión a finales del siglo XX y este habló de sus últimos trabajos como director de televisión.
Para finalizar, traemos a colación su participación como actor en las series históricas producidas por Promec. Bajo la dirección de Jorge Alí Triana, Fabio Camero interpretó a personajes claves para comprender la independencia de Colombia. En el archivo Señal Memoria se conserva su papel del santafereño Eustaquio Galavis, quién firmó las capitulaciones de Zipaquirá para luego traicionar su palabra.
En la serie Bolívar, el hombre de las dificultades, una de las primeras en ser grabada en exteriores, Camero actuó como Félix Calleja del Rey, un alto oficial de la Corona española encargado de reconquistar los territorios independizados en América pero que fue detenido a tiempo por Rafael de Riego en 1820.
Fabio Camero personificó también a Tomás Cipriano de Mosquera en dos series: Soberanía Nacional (Promec, 1986) y en la intrincada trama de Vidas encontradas Mosquera y Obando (Promec, 1982). Otro grande interpretó a José María Obando, se trata de Julio del Mar quién falleció este mismo año, sirva de homenaje para ambos deleitarnos con su juego actoral.
Sin adentrarnos en su larga trayectoria de narrador y radioactor, su testimonio confirma ese amor por la profesión actoral que podemos apreciar en las tablas, la televisión y en su labor como profesor y crítico. Destacar su actuación en las series históricas es una invitación a explorar más la obra de Fabio y, por qué no, despertar un interés por la historia misma a través de su interpretación de personajes emblemáticos.
