Hasta los años 1980, el “Adagio en Sol menor” atribuido a Tomaso Albinoni (1671-1751), apareció con frecuencia en antologías de música barroca de todas las índoles. Desde entonces fue trascendiendo poco a poco que esta obra era solo parcialmente del italiano. Durante el mandato de Mussolini, en esa suerte de resurgimiento tardío de la cultura italiana, se le encomendó al compositor Remo Giazotto (1910-1988) una serie de ediciones sobre fragmentos musicales de Albinoni, entre los cuales halló una frase que le inspiró la confección del “Adagio”. Se hizo tan célebre la partitura que vino a conocerse como “Adagio de Albinoni”, para ser usado en diversas formas de entretenimiento. En cuanto se supo que tenía no tanto de Albinoni como de Giazotto, dejó de figurar. Esta representativa versión de 1978, cuenta con la dirección de Karl Münchinger (1905-1990), influyente director desde los años centrales del siglo XX, en particular por su repertorio barroco y clásico temprano.
Colección que agrupa los documentos relacionados con temas de interés general, expresiones artísticas, manifestaciones y producciones culturales originadas por los diferentes tipos de poblaciones en el país.
La “Sinfonía de los juguetes”, (Casación en Sol mayor para juguetes, 2 oboes, 2 cornos, cuerdas y continuo) fue atribuida hasta hace una treintena de años en numerosas carátulas de discos, a Franz Joseph Haydn (1732-1809). Ya desde mitad de siglo XX, no obstante, se revelaron serios indicios de que detrás de su factura estaba, no Haydn, sino un compositor más discreto: Leopold Mozart (1719-1787), hecho que más adelante también se puso en duda. Entre una y otra cosa, la obra perdió su recurrencia y se limitó a las grabaciones realizadas con criterios historicistas, sin la frescura y el desparpajo que solía tener. Célebre fue la interpretación coordinada por la pianista británica Myra Hess (1890-1965) en la National Gallery de Londres, durante los intensos bombardeos de la Luftwaffe en la Segunda guerra mundial. A falta de poder hacer algo más, los músicos interpretaron la Sinfonía con el instrumento que no les correspondía, para burlar irónicamente, más que al público, la desesperada situación. La versión aquí expuesta, a cargo del connotado director francés Roberto Benzi (n.1937), data de los años 1960.
Jascha Heifetz (1901-1987), Artur Rubinstein (1887-1982) y en menor medida Gregor Piatigorsky (1903-1976) fueron, cada uno en su instrumento, consumados artistas y referentes absolutos de la interpretación de música clásica en el siglo XX. Los tres conformaron un trío célebre por los jugosos dividendos alcanzados fundamentalmente en el mundo del disco, dado que sus apretadas agendas como solistas les impedían hacer giras juntos con la frecuencia que un cuantioso público hubiera deseado. Algunos de los escasos conciertos llegaron a reportar audiencias de 8000 personas. Radicados en Hollywood, fueron conocidos como “El trío del millón de dólares”. Dentro de sus más afamadas grabaciones, se incluye esta del año 1950, con el prestigioso sello “RCA Victor – Red label”.
Sviatoslav Richter (1915 - 1997), se caracterizó por un rechazo a la exposición mediática de la que inexorablemente fue víctima luego de trascender la frontera soviética en 1960. Aún así, mantuvo hasta sus últimos años de vida un constante recelo por su privacidad, lo que hizo de él un ser tan imprevisible como admirado. Su manera discreta de vivir, se expresa en las múltiples grabaciones y memorables conciertos, que son a su vez una muestra brillante y refinada del modelo soviético del artista.
Para el periodo comprendido entre mayo y noviembre de 1961, el disco “Corazón del concierto de piano” ocupó el lugar 12 del Top 50 de los discos más vendidos de música clásica de la revista Billboard. RCA Victor lograba así su cometido, al realizar una compilación de “grandes éxitos”, con un particular y llamativo diseño que congeniaba por completo con la excéntrica figura de Artur Rubinstein (1887-1982), amante tanto del piano, como de la buena vida: catador de vino, fiestas memorables por sus refinados platos, intachable elegancia e incuestionable éxito en el ámbito mercantil de la música, con lo que respaldó una codiciada forma de vivir.
André Previn (1929), de origen alemán y nacionalizado en los EE.UU, alcanzó renombre desde los años 1950, gracias a una idiosincrática carrera abierta al jazz y la música clásica, con lo que se tienen exitosas realizaciones como compositor para la industria del cine, la ópera y el teatro, a más de su aplaudido trasegar como pianista y director. Cuenta con múltiples reconocimientos y premiaciones que se suman a cinco sonados matrimonios. Luego de sus relaciones con Betty Bennett (dos hijos) y Dory Langan, Previn contrajo nupcias en 1970 con Mia Farrow, modelo y actriz que llegaba por entonces de su viaje a la India con The Beatles, tras el final de un corto matrimonio con Frank Sinatra. Previn y Farrow tuvieron 3 hijos biológicos e igual número de adopciones. Una década más tarde Farrow abandonó a Previn por Woody Allen, con quien protagonizó uno de los escándalos amorosos más difundidos del siglo XX. En la fotografía, una hermosa postal con los gemelos Matthew y Sascha, para la publicación de 1974, con un adecuado repertorio.
Algo de frivolidad se ha permeado en el mundo de la llamada música clásica y la vida íntima de sus protagonistas también ha sido noticia. Sucedió en diferentes momentos de esta historia: Con 25 años de edad, en 1967 el pianista argentino Daniel Barenboim contrajo matrimonio con la chelista británica Jacqueline du Pré, tres años menor. De allí resultó, en principio, una idílica pareja. Eran fructíferos años en los que Du Pré realizó para EMI la histórica grabación del Concierto para Chelo de Sir Edward Elgar con la Orquesta Sinfónica de Londres (1965), interpretado en su admirado instrumento Davidov Stradivarius de 1712. Barenboin, por su parte, incursionó en el campo de la dirección con grabaciones al frente de la English Chamber Orchestra en los estudios de Abbey Road (1966). Para 1975 fue nombrado director musical de la Orquesta de París. En los tempranos años 1980 inició una relación con la pianista rusa Elena Bashkirova con quien tuvo dos hijos. Entre tanto, Du Pré, su esposa, murió en 1987, víctima de una demoledora esclerosis múltiple que había acabado con su carrera desde 1973. Esta grabación, data justamente del año 67.