Cultura y sociedad | Señal Memoria

Cultura y sociedad

Colección que agrupa los documentos relacionados con temas de interés general, expresiones artísticas, manifestaciones y producciones culturales originadas por los diferentes tipos de poblaciones en el país.

“Petrouchka”, ballet en un acto y cuatro escenas, escrito entre los años 1910 y 1911 por Igor Stravinsky (1882-1971), da cuenta en su nómina técnica original, del fervor cultural parisino previo a La Gran Guerra. La coreografía de Michel Fokine (1880-1942), el libreto del propio Stravinsky con Alexandre Benois (1870-1960), quien también se encargó de decorados y vestuario, la dirección musical del Pierre Monteux (1875-1964) y el papel estelar a cargo del bailarín Vátslav Nizhinski (1890-1950), fueron un grandioso cúmulo de fuerzas sincronizadas por el empresario Sergéi Diágilev (1872-1929) y sus reconocidos Ballets Rusos.

Para el año 1961, con 25 años de edad, Zubin Mehta contaba ya con experiencias como director al frente de las orquestas filarmónicas de Israel, Berlín y Viena. En la actualidad esta figura cardinal suma más de tres mil conciertos y 200 grabaciones, con especial énfasis en la producción musical postromántica europea. Richard Strauss, Gustav Mahler y Anton Bruckner, son compositores privilegiados en su catálogo. Mediando los años 1960, periodo en que se realizó esta grabación (1965), Mehta fungía como director de la Orquesta Sinfónica de Montreal y director musical de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, al tiempo que se vinculaba a la Orquesta Filarmónica de Israel.

Las más notables grabaciones del director alemán Wilhelm Furtwängler (1886-1954) se realizaron a partir de los años 1940, durante el desenlace de la Segunda Guerra Mundial y luego de haber superado el controversial proceso de desnazificación al que fue sometido. Son discos en su mayoría grabados en sesiones de concierto en vivo y dedicados al repertorio germano, particularmente aquel escrito en el siglo XIX, periodo en el que se le reconocen los mayores aportes. Esta grabación de 1953, fue por el contrario una experiencia en estudio. Dirige la Orquesta Filarmónica de Berlín, agrupación indisolublemente ligada a su carrera.

Yevgeny Aleksándrovich Mravinski (1903-1988) es considerado uno de los directores soviéticos más representativos del siglo XX. Su labor tuvo un énfasis especial en el repertorio ruso, si bien el conjunto de su producción abarca todo el canon de la música clásica. A la par con la interpretación del decimonónico Tchaikovski, Mravinski se encargó de estrenar varias obras escritas por sus contemporáneos Dmitri Shostakóvich y Sergéi Prokófiev. A su lado en esta grabación, Sviatoslav Richter (1915-1997), personaje análogo en el piano. Los dos supieron sortear los rigores del régimen soviético y salir airosos con sus realizaciones sin abandonar su país natal.

La presencia en Bogotá del director y compositor estonio Olav Roots (1910-1974) a partir del 1952, indica una orientación modernizante del establecimiento musical local. Además de su influyente labor pedagógica en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional y un fructífero vínculo con la Radiodifusora Nacional de Colombia (hoy Radio Nacional de Colombia), Roots encarnó una época dorada de la Orquesta Sinfónica de Colombia, caracterizada entre otras cosas por el impulso a la creación nacional. Justamente, este disco contiene obras de dos importantes compositores que supieron dar respuesta y reprodujeron con su labor esas nuevas condiciones: Fabio González Zuleta (1920-2011) y Roberto Pineda Duque (1910-1977).

Laurel Records es una compañía discográfica reciente, si se compara con marcas consumadas en el ámbito de la música clásica desde décadas atrás. Surgida en el año 1974, tuvo desde sus primeras publicaciones dos lineamientos básicos: calidad y pureza en el sonido y en la técnica de grabación, a lo cual se suma su enfoque en la publicación de música de cámara poco común, ya fuera contemporánea o del pasado reciente, pero con decidida orientación experimental.

Con los desarrollos tecnológicos a partir de los años 1950, la oferta discográfica se enfocó en mejorar la calidad de audio y sellos como Westminster se preciaron de estar a la cabeza. De allí su slogan “Natural balance”, acompañado de la elocuente figura del Big Ben. El sello mantuvo también un equilibrio entre aquellas obras canónicas del repertorio clásico y la búsqueda de obras vanguardistas o ajenas al consumo masivo, con nuevos intérpretes que a la postre desarrollaron brillantes carreras. Es sorprendente la presencia del italiano Argeo Quadri (1911-2004), aquí con un repertorio distante del campo de la ópera en el que este director se hizo famoso.

El particular repertorio que compone este disco ejemplifica las aguas revueltas que trajo consigo el siglo XVIII. La superposición estética entre los cánones del barroco y el germen que pocos años adelante produjo los estrictos formalismos del clasicismo, se expresa por ejemplo en una idiosincrática obra que reúne clavecín y piano, u otra que, de manera análoga, presenta la interacción concertante de dos tipos de flauta, cada una con sonoridades representativas de los dos periodos. ”La música alemana preclásica (1700-1760)” corresponde, como puede notarse, al undécimo de los doce “periodos de investigación” establecidos por Fred Hamel, primer director, entre 1948 y 1957, del sello Archiv Produktion, subsidiario de la Deutsche Grammophon para la publicación de la llamada música antigua. Con su clasificación, Humel aportó notables grabaciones desde el Canto gregoriano, hasta las realizaciones de la Escuela de Mannheim.

Otro de los varios ejemplares de la “Serie Musical” de la HJCK presentes en la Fonoteca de RTVC, está dedicado al compositor italiano Carlo Gesualdo (1566-1613). Este disco presenta un compendio de 8 madrigales en italiano; 2 responsorios en latín; una gagliarda, para órgano; la Canzon francese del Principe, para clavecín; y el Monumentum pro Gesualdo, para orquesta, obra de Igor Stravinsky sobre madrigales de los libros 5 y 6 del italiano. Publicado originalmente por Columbia en 1962, el disco cuenta con solistas connotados como el organista Edward Power Biggs, el director Robert Craft y el mismo Stravinsky al frente de su obra. Llama la atención la presencia de Carol Rosenstiel, en una de las escasas grabaciones que alcanzó a realizar como clavecinista, antes de ver su carrera interrumpida por los efectos de una afección de polio durante la infancia.