Cultura y sociedad | Señal Memoria

Cultura y sociedad

Colección que agrupa los documentos relacionados con temas de interés general, expresiones artísticas, manifestaciones y producciones culturales originadas por los diferentes tipos de poblaciones en el país.

La marca Teldec, corresponde a la unión de las primeras letras de Telefunken y Decca, sellos británicos protagonistas en el mercado de música clásica. El enfoque correspondiente a la llamada música antigua se manejó desde 1958 a través de la serie Das alte Werk, con marcada prioridad en los avances que tuvo por entonces el campo de la interpretación historicista. Allí se destacó Nikolaus Harnoncourt (1929), regente del celebrado Concentus Musicus Wien, la carta más valiosa del sello. Esta influyente grabación de L’Orfeo de Monteverdi, realizada en 1969 con base en la edición de la partitura hecha por el propio Harnoncourt, inauguró la interpretación de la obra ceñida a lo que se ha interpretado como sonoridad auténtica del temprano barroco al que corresponde.

El origen independiente del sello Argo en 1951, estuvo marcado por una búsqueda de sonoridades exóticas o ciertamente distantes del establecimiento de la industria. Su impulso duró poco y ya para 1957, la compañía pasó a manos de Decca, momento en el que aparecieron con el sello grabaciones que si bien están circunscritas en el ámbito de lo “clásico”, mantienen ese espíritu original de “rareza”. La dramática ilustración que aquí se expone, corresponde a una celebrada grabación del año 1959, a cargo del coro de la londinense Catedral de Westminster, dirigido por George Malcolm (1917-1997), quien tuvo la fortuna de interpretar este tipo de repertorios en el legítimo contexto litúrgico para el que fueron creados. Se trata de los Responsorios para los oficios correspondientes a la muerte de Cristo en la Semana Santa católica, escritos por el español Tomás Luis de Victoria (c.1548-1611).

Nacido en Cereté, Córdoba en 1945, Francisco Zumaqué se ha caracterizado por un recursivo eclecticismo, representado no solo en una vasta obra de corte académico, sino además en sus incursiones a la música popular como arreglista de la Fania, productor discográfico y director artístico del sello Philips en Colombia. El archivo de la Fonoteca de RTVC, cuenta con numerosas grabaciones de sus obras a cargo de la orquestas Sinfónica de Colombia y Filarmónica de Bogotá, además de este ilustrativo disco dedicado a obras de cámara de diversos periodos de su trayectoria.

El advenimiento de la Primera guerra mundial en 1914, significó para Igor Stravinsky (1882-1971) no solo el abandono casi definitivo de su Rusia natal, sino la apertura de un nuevo periodo creativo. Tras el éxito de los ballets escritos para Diaghilev y el público francés, las difíciles condiciones de Europa fueron en detrimento de su creación para música de orquesta, y su música de cámara adquirió mayor relevancia. Algunas de las obras incluidas en esta producción corresponden a esa segunda década del siglo XX. Más adelante, en 1939, vino una segunda migración, esta vez a EE UU, país que le ofreció posibilidades para nuevas exploraciones en el campo del serialismo. Fue una característica común en sus obras escritas a partir de los años 1950. Unas y otras cuentan con su propia dirección en este disco que incluye grabaciones hechas entre 1964 y 1968, poco después de haber estado al frente de la Orquesta Sinfónica de Colombia para su único concierto en el país durante 1960.

Hace unos meses publicamos un artículo sobre la Exposición Memorial de Voces. En ese entonces nos llamó la atención que una obra de arte invitó al público a escuchar, a ponerse un antifaz y unos audífonos y se encontró en el acto de escuchar.

El final de la vida nos sigue inquietando; nos sigue generando preguntas que hemos tenido la oportunidad de resolver a través de las respuestas que nos han ofrecido representantes de comunidades indígenas, afrodescendientes y también antropólogos. Y al encontar el trabajo del artista plástico Leonel Vásquez, como muestra de una exploración alrededor de ese hecho definitivo que inquieta a la sociedad y que la sociedad misma teme, olvida o deja atrás, nos dimos a la tarea de hablar con él.

En su faceta como director orquestal, el músico francés Pierre Boulez (1925) ha sido el más insigne portador de las banderas de la música moderna y contemporánea. Al punto de generar desconcierto y abierta oposición por parte de integrantes de las orquestas que ha dirigido, Boulez ha procurado siempre dar prioridad a la diversidad estética generada en el siglo XX. No obstante, en su repertorio también figuran Handel, Beethoven, Schumann, Schubert y Wagner. Aquí lo encontramos al frente de la orquesta de la BBC en 1978, en una más de las grabaciones que hizo de la influyente obra de Arnold Schoenberg (1874-1951).

Dentro de lo limitada que pueda llegar a ser la difusión de la llamada música clásica, aquella producida a partir del siglo XX con decidida intención experimental y renovadora, es la menos favorecida. Karleinz Stockhausen (1928-2007) y Mauricio Kagel (1931-2008) fueron dos de los más destacados compositores vinculados a la escuela de Colonia. Durante la postguerra, su radical rompimiento con los desarrollos de la tradición tonal centroeuropea, significó también la apertura a un nuevo horizonte frente a la cuestionada figura del director Wilhelm Fürtwangler y el repertorio asociado a su labor como regente de la Orquesta Filarmónica de Berlín, durante los años del nazismo. Obras insignes para heterodoxos ensambles y el uso de la electrónica, se reúnen en esta temprana producción del año 1961.

Fundado en 1951, por el trompetista británico Philip Jones (1928-2000), el Philip Jones Brass Ensemble presentó en su larga historia una gama diversa de repertorios a través de numerosos conciertos en América, Europa y Asia, así como las más de 50 grabaciones de su catálogo. Con formaciones dependientes de la obra a interpretar, insignes músicos ingleses integraron su nómina en diversos momentos. Para el año 1976, este conjunto de arreglos para el ensamble de obras vocales renacentistas fue recibido con halagos por parte de la crítica. Si bien la grabación no puede considerarse como una referencia de interpretación histórica, fue destacada por el virtuosismo y la musicalidad lograda. Luego de la muerte de Jones, el grupo pasó a llamarse London Brass Ensemble y continúa presentándose en diferentes escenarios.