Tenderos en la Colonia | Señal Memoria

Publicado el Lun, 05/03/2012 - 15:50
Tenderos en la Colonia

Durante la Colonia fueron surgiendo múltiples oficios que se ejercían según el origen social o la casta a la que se pertenecía. A pesar de la falta de protección en las relaciones laborales, estos oficios daban colorido a la vida cotidiana que precedió a la época de la Independencia. Muchos de ellos permanecen hoy, incluso bajo condiciones contractuales que bien puede parecer que se conservan desde la Colonia. Aún hay artesanos, cargadores, fundidores, sastres, tenderos…

Los hechos del 20 de julio giraron, por ejemplo, en torno a un tendero. El chapetón José González Llorente fue escogido por los rebeldes como el chivo expiatorio que serviría para encender la chispa de la revolución. Llorente, era un personaje conspicuo, conocido por la sociedad santafereña. Su oficio de tendero lo hacía ver como alguien “pudiente”, capaz de sostener a su familia sin la ayuda de otros y, claro, de ayudar a quienes los necesitaran, siempre y cuando le cayeran en gracia.

Sin embargo, se ha llegado a saber que este “chivo expiatorio” que vino de la Madre Patria como comerciante fue sólo eso, un chivo expiatorio. De su paso por la Nueva Granada se conoce que sostuvo a una numerosa familia y al parecer apoyó el Hospicio de niños expósitos (huérfanos abandonados) de la ciudad.

 

Tenderos

 

Otros tenderos y pulperos del virreinato como José Tomás Boves tuvieron también un importante protagonismo. En el llano, Boves, un asturiano que vendía y contrabandeaba mercancías fue uno de los antagonistas más sangrientos que tuvo que enfrentar Simón Bolívar durante su campaña en Venezuela. Boves organizó un ejército realista con miles de llaneros y fue el blanco al que esperó dar muerte Ricarte en la hacienda San Mateo, cuando hizo estallar el depósito de pólvora. Del ejército del tendero y pulpero Tomás Boves algunos llaneros cambiaron de bando a favor de los patriotas. Páez fue uno de ellos.

Llorente  y Boves son dos de los tenderos más recordados del momento de la Independencia. Hoy, el oficio de tendero sobrevive, a pesar de la globalización. Ellos son emprendedores, dinámicos, comunicativos. En la comunidad son punto de encuentro, por excelencia.

Imagen: Tienda de telas. Acuarela de José Manuel Groot. Ca. 1830. Fondo Documental, Biblioteca Luis Angel Arango, Bogotá.

 

Fecha de publicación original Lun, 05/03/2012 - 15:50