Durante los primeros años de recorrido en el viejo continente era referencia obligada de la prensa deportiva europea y de gran parte del lote ciclístico, los “ladrillos” o “piedras” consumidos frecuentemente por los escarabajos colombianos que no eran más sino jugo de caña convertido en dulces bloques energéticos.
La principal contribución de la panela tiene que ver con el aporte calórico inmediato necesario para compensar los requerimientos energéticos en deportes de alta resistencia como el ciclismo. Junto con el bocadillo, conformaron durante varios años las raciones de entrenamiento y competencia de muchos deportistas colombianos. Aún hoy, compiten con la hegemonía de los geles, barras y productos diseñados científicamente para la nutrición deportiva.
El programa Plus Especialidad de Colombianidad de Señal Colombia emitido en 2009, dedica una de sus secciones al tema la panela. Fabricantes paneleros y ciclistas profesionales como la familia Wilches, comparten desde sus experiencias personales el secreto de este producto, “vitamina de campeones”, tanto en su fabricación como en su consumo en las competencias deportivas.
De igual manera nuestros archivos guardan una nota acerca de la elaboración del producto en los trapiches cañeros del Valle del Cauca como parte del programa Colombia Campesina, emitido en 1997. Ciclistas, panela y caña son una de las combinaciones perfectas para hablar de nuestra identidad deportiva y gastronómica en Colombia y en el mundo.
