
Los años 90 iniciaron en Colombia en medio de la trágica guerra contra los carteles del narcotráfico. Acababa de sufrirse la arremetida terrorista que se tomó las calles de Bogotá y Medellín y el asesinato de tres candidatos presidenciales, en alianza con agentes del Estado y el paramilitarismo. El turno ahora sería para nueve periodistas secuestrados por orden de Pablo Escobar para presionar al Estado y evitar su captura y extradición a Estados Unidos.
[Noticia en inglés sobre Los Extraditables y sus víctimas]. Turbay, Diana (directora) (1990). Noticiero Criptón. Bogotá: Criptón. Archivo Señal Memoria, BTCX60 067159
Noticia de un secuestro
La tragedia comenzó el 30 de agosto de 1990, cuando seis periodistas salieron de Bogotá atendiendo un llamado de supuestos emisarios de la guerrilla del ELN para entrevistar a su comandante “El Cura Pérez”. Tras una semana de no tener noticias de ellos, el diario El Nuevo Siglo anunció que los periodistas habían sido secuestrados. Eran Diana Turbay, hija del expresidente Julio César Turbay y directora del Noticiero Criptón, su reportera Azucena Liévano y los camarógrafos Richard Becerra y Orlando Acevedo, el alemán Hero Buss -periodista de BBC- y Juan Vitta, corresponsal para Colombia de Televisión Española y editor de la revista Hoy x Hoy. Dos semanas después fue secuestrado en Bogotá Francisco Santos, jefe de redacción de El Tiempo, mientras el ELN negaba cualquier participación en los hechos.
Un mes después, el gobierno de César Gaviria hacía público un secreto a voces: que todo apuntaba al Cartel de Medellín, en medio de las presiones que Pablo Escobar hacía con magnicidios y atentados terroristas para evitar su detención y su extradición a Estados Unidos. A los atentados del narcoterrorismo contra la prensa, ahora se sumaba también el chantaje de Los Extraditables a las élites políticas. Finalizando octubre, también secuestraban a la periodista Maruja Pachón, gerente del Fondo de Desarrollo Cinematográfico y cuñada de Luis Carlos Galán, junto con su asistente Beatriz Villamizar. Entre voces mediadoras que incluyeron al exalcalde de Medellín Juan Gómez Martínez, los secuestradores enviaban casetes a cuentagotas como prueba de supervivencia. Para finales de noviembre, el drama de los periodistas y sus familias continuaba. A la mediación se sumaba el veterano dirigente de izquierda Diego Montaña Cuéllar, mientras Juan Vitta se convertía en el primer periodista liberado.
[Hoy no están con nosotros]. (1990). Archivo Señal Memoria, UMT 209078
“Hoy no están con nosotros”
En diciembre, mientras Hero Buss era liberado, la ex primera dama Nydia Quintero visitaba al narcotraficante Fabio Ochoa para solicitar su mediación en la liberación de su hija Diana Turbay. Ya para entonces todos los noticieros de Colombia iniciaban su emisión con Hoy no están con nosotros, un mensaje en el que pedían la libertad de los colegas secuestrados, cuya ilusión de verlos con sus familias en navidad se hacía cada vez más lejana. En enero de 1991, mientras los expresidentes López y Pastrana se sumaban a las voces mediadoras junto con los artistas Fernando Botero y Alejandro Obregón, la esperanza volvía con la liberación de Azucena Liévano y Orlando Acevedo. Mientras tanto, los organismos de inteligencia trataban de dar con el paradero de los secuestrados para liberarlos por la fuerza.
El 25 de enero de 1991, durante un operativo del Ejército para liberar a Richard Becerra y Diana Turbay en Copacabana, Antioquia, la periodista fue asesinada. Días después, Los Extraditables anunciaron la reanudación de una guerra que nunca había cesado y la “condena a muerte” de los demás secuestrados. Cumplieron la amenaza con el asesinato de Marina Montoya, hermana del secretario presidencial Germán Montoya, secuestrada el mismo día que Francisco Santos. Mientras tanto, como si estuviéramos en otro país, acababa de elegirse una Asamblea Constituyente que prometía sacar al país de la crisis y atender otras de sus urgencias. Allí también llegaban las presiones de Los Extraditables, los llamados a la mediación y la posibilidad de una tregua que condujo a la liberación de Beatriz Villamizar.
Solo hasta mayo Francisco Santos y Maruja Pachón recobraron su libertad, en medio de las negociaciones en las que Pablo Escobar prometía su entrega a las autoridades ante el padre Rafael García Herreros. Terminaba así una tragedia que, sin embargo, dejó una periodista y dos conductores asesinados. Por su parte, el secuestro demostró en los años siguientes que podía seguir siendo un mecanismo de chantaje para los violentos y el signo de que las guerras de Colombia podían llegar a sus puntos más críticos.
[Pregrabados familia de Diana Turbay]. (1990). Noticiero Criptón. Bogotá: Criptón. Archivo Señal Memoria, BTCX60 067158
El secuestro en la literatura y la pantalla
El nobel Gabriel García Márquez, quien también ofreció su mediación en este caso, escribió en 1996 la novela Noticia de un secuestro, donde hace un homenaje a los periodistas secuestrados y sus familias. El libro fue llevado por Prime a la televisión, en una serie protagonizada por Cristina Umaña (Maruja Pachón), Majidda Issa (Diana Turbay) y Constanza Duque (Nydia Quintero). Previamente, esta historia también había sido contada en la exitosa serie de Caracol TV Escobar: el Patrón del Mal con las actuaciones de Liesel Potdevin (Diana Turbay), María Angélica Mallarino (Nydia Quintero), Gustavo Ángel (Francisco Santos) y Jacqueline Arenal (Maruja Pachón).
Por: Felipe Arias Escobar