Artes y oficios en la Nueva Granada colonial | Señal Memoria

Artes y oficios en la Nueva Granada colonial
Publicado el Mié, 10/12/2025 - 18:25 CULTURA Y SOCIEDAD
Artes y oficios en la Nueva Granada colonial

Hace más de dos siglos se desarrollaron oficios que transformaron la sociedad y dejaron un legado cultural que hoy es parte de la identidad colombiana.

Insertar documento: UMT 216798 Costura.mp4 Luzardo, J. (director). (1984). Las Heroínas: Mercedes Ábrego. Bogotá: Promec/Producciones Eduardo Lemaitre. Archivo Señal Memoria, UMT 21679

Crear el mundo con nuestras propias manos 

Mucha gente, a pesar de los esfuerzos que ha hecho por décadas la historiografía, asume que cuando se habla de historia los historiadores se refieren exclusivamente a las instituciones o a los gobernantes. Por supuesto que esos temas son muy importantes para entender el funcionamiento de nuestra sociedad, pero así como las ideologías son parte de nuestra herencia, también lo son las formas en que hablamos, cómo nos alimentamos, cómo hacemos nuestras casas o cómo nos vestimos. 

De esta manera, nuestro patrimonio histórico y cultural ha sido construido por saberes que han circulado entre generaciones, regiones, etnias y continentes. Son el resultado de experiencias de transformación de la naturaleza, del perfeccionamiento de técnicas y tecnologías y del intercambio cultural. Un escenario representativo de ese proceso se dio durante la dominación colonial española, donde fue necesaria la diversificación e integración de los oficios más diversos para hacer habitables los nuevos centros poblados y para consolidar las nuevas actividades económicas. De igual forma, esas actividades fueron esenciales para la recomposición y el renacimiento de culturas colapsadas tras la Conquista. Hombres y mujeres, criollos, mestizos, indígenas y comunidades negras, adultos y niños, todos y todas en la Nueva Granada colonial intervinieron el mundo para crear labores asociadas a la producción agrícola, la minería, el transporte, el comercio, el diseño de espacios, la producción de bienes de consumo, la vida religiosa o las actividades lúdicas. La Colonia es también la historia de esos saberes y su legado. 

Oficios en la Nueva Granada

FPM900684 (Y.P. Cauca-Guambía, Montaje telar, Foto Jorge M. Múnera, 1984, Audiovisuales) Múnera, J. (1984). [Namuy Misak - Nuestra gente: Mujeres misak en el montaje de un telar]. Guambía, Cauca: Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, FPM900684 

Por ejemplo ¿Cómo era vestirse hace más de dos siglos? 

Vestirse en la Colonia y en la Independencia implicaba entenderse con algunos de los diferentes oficios que convivían en las ciudades de la Nueva Granada, como lo recuerda la historiadora Aída Martínez. Por ejemplo, un zapato de cuero necesitaba un curtidor para tratar la piel, un tintorero para teñirla y un sastre para cortar, coser y entallar el zapato. Y en medio de esos oficios se necesitaban vendedores entre los talleres y otros vendedores para ofrecer el producto a su usuario final, el cual generalmente usaría estos zapatos por el resto de su vida.

El calzado de cuero era muy caro, pero esto no quiere decir que esta economía fuera exclusiva de unas élites, al fin y al cabo todos necesitamos ropa. Los pueblos, las haciendas o las minas tenían casas de costura donde hacían la ropa para la mano de obra, al igual que allí también llegaban comerciantes para suministrar prendas e insumos que allí no eran fáciles de producir. Y pensemos también en la autosuficiencia de familias de los sectores populares que así podían hacerse algunos de sus vestidos. Otra cosa importante fue la forma en que los oficios ligados al vestido reflejaron el mestizaje. Los indígenas, con siglos de experiencia en el trabajo del algodón y otras fibras vegetales, aprendieron a trabajar la lana de las ovejas traídas por los españoles. Ese es antecedente histórico de una prenda como la ruana, tan presente en la identidad campesina de los Andes colombianos. 

Oficios en la Nueva Granda

Insertar documento: FPM900722 (Y.P. Cauca-Santa Rosa de Saija, Ambientes del pueblo, Foto Jorge M. Múnera, 1984, Audiovisuales) Múnera, J. (1984). [Retrato de un carpintero]. Santa Rosa de Saija, Cauca: Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, FPM900722

Oficios diversos, suelos diversos

Las haciendas, parcelas, ejidos, resguardos o huertas caseras atestiguaron la importancia de los oficios ligados a la actividad agrícola. Primero con la experiencia de las comunidades indígenas que por siglos hicieron habitables los altiplanos y valles andinos o las llanuras del Caribe domesticando especies vegetales que cruzaron el Atlántico en la revolución alimenticia más trascendental de la historia. Luego con la introducción de vegetales y animales europeos, como también de técnicas para su cultivo y crianza, al igual que materiales como el azadón o la yunta que transformaron aún más el territorio. 

Así llegó el pastoreo de ganado a las haciendas y llanuras coloniales que ya se practicaba en los reinos europeos y africanos de la Antigüedad y la Edad Media. Las minas explotadas desde hace siglos por las culturas prehispánicas encontraron nuevas técnicas con el acero traído por los españoles, pero también usaban los mineros del Congo o el Imperio Kanem de donde vinieron miles de esclavizados. África también tenía comerciantes y fundidores del hierro como los que hace dos siglos podían encontrarse en el arsenal de la marina en Cartagena, durante los ataques de ingleses y franceses, o en la maestranza de Rionegro, durante la Guerra de Independencia. La orfebrería tan cara a la identidad prehispánica sobrevivió silenciosa en los maestros joyeros que de todos los colores abrieron talleres en Barbacoas, Mompox o Popayán. 

Oficios en la Nueva Granada

Insertar documento: FPM903331 (Y.P. Meta-San Martín, Programas Las cuadrillas y San Martín tierra madre, Foto Jorge M. Múnera, 1984) Múnera, J. (1984). [Cuadrillas de San Martín: artesano fabricando arpas]. San Marín, Meta: Audiovisuales. Archivo Señal Memoria, FPM900722 

Ciudades para los artesanos 

Imaginemos un barrio como San Antonio en Cali, San Victorino en Bogotá o Getsemaní en Cartagena. Allá podía encontrarse población proyectando distintos conocimientos en la vida diaria de sus casas y calles. Algunos eran libres, otros eran esclavizados y, no obstante el carácter inhumano de esta última vinculación a la economía, ambas comunidades tenían una función esencial en la supervivencia de toda la población. Hombres y mujeres que se especializaban en el transporte de mercancías, en producir, vender o comprar víveres, en criar a los niños y niñas de las élites, en asistir a estudiantes, sacerdotes o funcionarios. Y en otros sectores de las mismas ciudades, hombres y mujeres que se dedicaban a producir los más diversos bienes de consumo. 

Volviendo a la profesora Aída Martínez, hay que anotar que aún no existía la separación entre bellas artes y oficios artesanales, a diferencia de la separación que ya existía con las profesiones liberales como medicina, derecho o ingeniería. Es decir, que al ámbito de los trabajos manuales también pertenecían la construcción, la pintura o la escultura. Un pintor, de esta forma, se le puede encargar una imagen para una iglesia, como ornamentar los muros de una casa o adornar los escenarios de una celebración popular, en una labor en la que lo complementan albañiles, carpinteros o cerrajeros.

Por: Felipe Arias Escobar

Fecha de publicación original Mié, 10/12/2025 - 18:25

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