Hoy, 13 de noviembre, para nosotros, como Señal Memoria, es una fecha en la que se entrelazan la nostalgia y la tristeza de una tragedia que marcó nuestra historia, pero también, con profundo amor, es una fecha en la que le entregamos a Colombia el largometraje No morirás, Armero, un día después, estrenado el 22 de agosto de 1997, dirigido por Jorge Alí Triana y producido por la programadora Tevecine, como un acto de memoria y de respeto por quienes hoy ya no están. Este acto nos permite analizar cómo los archivos audiovisuales pueden convertirse en puentes entre el pasado y el presente, entre la historia y la memoria, y cómo las obras audiovisuales son dispositivos para recordar lo que, como nación, no deberíamos olvidar.
Más allá de la trama basada en el libro homónimo del periodista Germán Santamaría, No morirás es un retrato profundo del dolor, la culpa y la memoria colectiva. La avalancha de Armero, que en 1985 destruyó toda una ciudad, se convierte aquí, en lo audiovisual, en una metáfora de las pérdidas que no se borran y de los recuerdos que persisten en la historia de todo un país. Sin embargo, lo verdaderamente poderoso de este largometraje es que ha sobrevivido al paso del tiempo gracias a la preservación audiovisual, y es allí donde nuestra misionalidad juega un papel determinante en lo histórico y lo patrimonial.
Hoy, parte de los hitos de la programación de la televisión colombiana, gracias al trabajo incansable de Señal Memoria, a las normativas en materia de patrimonio audiovisual -como la transferencia del acervo de la ANTV, de donde proviene esta obra-, a las alianzas con entidades como la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y, por supuesto, a la experiencia de quienes trabajan día a día por preservar memorias de imágenes en movimiento, podemos volver a entregarle a Colombia esta obra, que más que un largometraje, es un dispositivo de memoria y nostalgia. Resaltamos también la importancia de procesos como la catalogación, la investigación y la divulgación, que entendemos como un nexo entre nuestro enriquecido acervo y el público. Así, la preservación es un proceso que va más allá de lo técnico: es un acto de recuperación y responsabilidad cultural, memorial y patrimonial.
Hace unos días, en una entrevista, el maestro Jorge Alí Triana se sorprendía al saber que esta obra se encontraba resguardada en el acervo documental de RTVC. Esto nos permitió reafirmar algo que nunca debemos olvidar: que cada fragmento audiovisual preservado, restaurado y rescatado permite que la historia -y las emociones que la acompañan- sigan teniendo voz; en este caso, la voz de más de 20.000 armeritas que se acostaron una noche a dormir y nunca más volvieron a ver el amanecer de su próspero municipio.
Este largometraje, que contó con la participación del guionista Manuel Arias; la cámara de Herminio Huerta; los efectos especiales de Raúl Calderón y Miguel Ángel Guzmán, y la dirección sensible de Jorge Alí Triana, haciendo uso además de material noticiario de archivo, reconstruyó desde la ficción y la memoria un Armero que seguía doliendo: rostros de dolor y fanegadas de barro, que hoy, gracias a la intervención en restauración de Jorge Mario Vera, nos rememora con nostalgia una de las tragedias naturales más grandes del mundo. Así, el archivo no es un lugar muerto, sino un organismo vivo que respira a través de las imágenes.
Cada vez que una obra como No morirás, Armero un día después vuelve a la pantalla, también vuelve la memoria de un país que se resiste al olvido. En cada imagen preservada, y en cada entrega que hacemos al público de su patrimonio audiovisual, late la vida de quienes ya no están y la certeza de que recordar sigue siendo una forma profunda de vivir y sanar.
Mira la película completa en RTVCPlay.
