En el Día intencionalidad de los Museos 2024, el lema “Museos para la educación y la investigación” nos invita a repensar nuestro papel como visitantes y creadores de narraciones sobre nuestra realidad. Los museos como centros de conocimiento y reflexión han estado en las últimas décadas proponiendo nuevas lecturas cada vez más participativas que extienden las labores de educación e investigación más allá de las fronteras tradicionales.
¿Por qué se celebra el Día Internacional de los Museos?
Desde hace 47 años, cada 18 de mayo se celebra el día internacional de los museos. Una actividad creada por el International Council of Museums (ICOM) en la que se congregan ya más de 37.000 instituciones de todo el mundo. Desde 2020, la temática elegida cada año va ligada a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, y en la edición 2024 se centraron en: “educación de calidad” e “industria, innovación e infraestructura” bajo la premisa Museos para la educación y la investigación.
“Desde el arte y la historia hasta la ciencia y la tecnología, los museos son espacios vitales donde la educación y la investigación convergen para dar forma a nuestra comprensión del mundo.”
En el archivo de Señal Memoria nos encontramos algunos materiales que nos permiten reflexionar sobre diversas maneras en las que los museos, desde hace algunas décadas, han iniciado procesos de transformación curatorial entendiendo de manera más participativa el rol educativo de estas instituciones. A finales del siglo XX nos encontramos con la propuesta de la maestra Beatriz González para las colecciones de Arte e Historia del Museo Nacional. En ese entonces, ya se abogaba por un espectador mucho más activo, para el cual los museos no eran espacios de contemplación y búsqueda de información, sino que debían interpelar a los visitantes para que fueran ellos quienes construyeran nuevos relatos.
Está visión ha seguido en constante reflexión incluyendo nuevas aproximaciones en el mismo Museo Nacional. La renovación de la curaduría que se hizo en la década del 2010 para el Bicentenario incluyó propuestas más arriesgadas rompiendo temporalidades, propiciando nuevas relaciones entre las piezas e incluso haciendo uso de la tecnología audiovisual para incluir imágenes y narraciones que buscan cada vez más poner en movimiento a los visitantes.
Por otra parte, en el 2000, encontramos la propuesta inaugural del Museo Interactivo EPM en Medellín. Este tipo de instituciones son mucho más libres que los museos de bellas artes, y han dado muchas pautas para repensar el rol educativo de los museos. Aquí, es imperativa la interacción con los objetos para poder construir de manera conjunta nuevo conocimiento. Sin embargo, estas instituciones se enfrentan a problemas similares que los museos de arte. La interacción necesita igualmente una continua renovación que continúe interpelando a los espectadores. Por eso, tras seis años de funcionamiento, esta institución realizó una renovación para consolidarse como un museo recreativo y educativo en temas de ciencia, naturaleza y servicios públicos.
Por último, para explorar algunas propuestas de investigación, traemos la apuesta del Museo de Bogotá y el Archivo de Bogotá en 2006. En esta ocasión se unieron dos instituciones para lanzar un programa novedoso: vincular a los ciudadanos en un proceso de archivo y exposición. La iniciativa “Álbum familiar de Bogotá” mostró que los museos no son solo para objetos y obras de gran valor histórico, sino que el patrimonio es necesariamente un fenómeno cotidiano del que todos hacemos parte como constructores y cuidadores.
De forma muy cotidiana y afectiva, la propuesta tuvo una gran acogida, recibiendo 5.800 registros. Algunos de ellos fueron seleccionados para realizar la exposición y el libro titulados “Yo también tengo esa foto”. Además, hoy en día hacen parte del acervo del archivo de Bogotá como fuente de consulta para investigadores y ciudadanos y han hecho parte de varias publicaciones sobre historia de Bogotá.
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De esta manera, vemos como los museos han aceptado el reto de repensar su rol en la educación y la investigación, más allá de las acciones vinculadas directamente con grupos de estudiantes y población específica con la que se realizan talleres. El rol de los museos como instituciones para la educación e investigación pasa necesariamente por la manera en que nos interpelan como visitantes, por las estrategias curatoriales y de divulgación que nos convierten en parte vital de la construcción de una narración.
En un mundo cada vez más mediado por la tecnología y por el consumo rápido de información, los museos apuestan por convertir a sus visitantes en creadores de contenidos e historias que permiten una apropiación y divulgación de las colecciones y apuestas curatoriales. Así, la educación y la investigación son una forma de relacionarnos y no solamente una tarea específica que se realiza en talleres y mediaciones.
