Manuel Mejía Vallejo, literatura y periodismo | Señal Memoria

Manuel Mejía Vallejo, literatura y periodismo
Publicado el Lun, 10/02/2014 - 04:57
Manuel Mejía Vallejo, literatura y periodismo

Autor de influyentes novelas como “Aire de tango” (1973), “Tarde de verano” (1980) y “La casa de las dos palmas” (1988), con la que alcanzó el Premio Rómulo Gallegos, también cuenta en su catálogo con numerosos cuentos reunidos en varias compilaciones.

Las vicisitudes del entorno rural en la historia colombiana y las contradicciones de la urbe, son escenarios complementarios en el conjunto de su obra. Al mismo tiempo, la perspectiva crítica que le caracteriza se deja ver en la labor periodística, ejercida en diversos medios escritos latinoamericanos. En 1947, luego de una corta temporada en Bogotá, Mejía Vallejo se ubicó en Medellín donde se inició como colaborador del periódico “El Sol”. Para ese momento contaba ya con la publicación de su primera novela, “La tierra éramos nosotros” (1945).

Su participación activa en los sucesos del 9 de abril de 1948, acarreó su despido de aquel primer cargo como periodista. La violencia política incrementada a partir de la trágica fecha también fue motivo para el exilio de Mejía Vallejo en 1950. Se fue para Venezuela y allí se vinculó al diario “Panorama de Occidente”, de Maracaibo. Opositor a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958), nuevamente tuvo que cambiar su residencia para ubicarse en Guatemala a partir de 1953.

Con el mismo acento opositor, Mejía Vallejo ejerció labores periodísticas esta vez contra el coronel Carlos Castillo Armas, quien en 1954 logró derrocar al presidente Jacobo Árbenz Guzmán y tomar el poder luego de una compleja operación respaldada por la CIA. Desde Guatemala, Mejía Vallejo fue deportado a Honduras de donde paradójicamente había partido Castillo en su maniobra. Finalmente, el escritor se radicó en San Salvador donde permaneció hasta 1957.

Durante las décadas de 1960 y 1970 Mejía Vallejo se dedicó a la literatura. Es una etapa de varios premios y reconocimientos otorgados principalmente por sus cuentos. En 1979 retomó el periodismo como colaborador del diario El Mundo, de Medellín. Son estos los años que, en relación a la producción literaria, se han clasificado como una tercera etapa. Esta “corresponde a la producción madura, donde Mejía funde los impulsos tradicionales con lo moderno; esta fase comprende su producción desde 1967, marcada por 'Cuentos de zona tórrida', y transita hasta la que se puede considerar la gran culminación del escritor, La casa de las dos palmas”[1].

Estas, entre muchas otras experiencias, son la base para las reflexiones sobre el oficio periodístico que Manuel Mejía Vallejo dio en respuesta a la entrevista realizada para el programa “De viva voz”[2], que Jaime Montoya Candamil dirigió durante la década de 1990. Mejía Vallejo ofrece a continuación un paralelo entre la complejidad del oficio literario y los límites que tiene la labor del periodista.


[2] Fonoteca de Señal Memoria, CD16512

Fecha de publicación original Lun, 10/02/2014 - 04:57