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El impacto de la televisión en Colombia
Publicado el Lun, 21/11/2022 - 18:27
El impacto de la televisión en Colombia

Como parte de las realizaciones que se reconocen al gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, está la inauguración de la televisión. Aunque en sus comienzos fue percibida como un medio de propaganda del Estado, le fueron asignadas funciones relacionadas con la consolidación de la cultura y la unidad nacional. A pesar de los avances iniciales, tal objetivo se perdió con el desarrollo de la televisión privada, por lo cual los medios televisivos públicos lo asumieron como su propósito principal.


Como parte de las realizaciones que se reconocen al mandato de Gustavo Rojas Pinilla durante su presidencia, está la llegada de la televisión. El 13 de junio de 1954, cuando fue oficialmente inaugurada, Jorge Luis Arango, Jefe de Información y Propaganda del Estado, la presentó como el gran invento de los tiempos modernos que se incorporaba a la vida de los colombianos. No estaba equivocado, pues a pesar de ser considerado un medio para la propaganda de la dictadura, lo cierto es que también se concibió como “fuente de solaz y cátedra viva de enseñanza para el hogar colombiano”, aspecto que le confirió un papel en la construcción de una nueva cotidianidad que fortalecería los sentimientos identitarios y patrióticos.

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La televisión y los intentos de crear una unidad nacional

Esta función cultural de carácter político permite ver una instrumentalización de la televisión con el objetivo de lograr la “unidad nacional” propuesta por los militares, que se buscó mediante dos elementos: los recursos discursivos ideológicamente cargados con los mensajes de paz y reconciliación que buscaban lograr el apoyo popular, y los aspectos técnicos de la televisión asociados con la cobertura, pues la eficacia del mensaje político de Rojas se lograría al llegar a zonas apartadas del país para buscar una unidad nacional que no podía basarse únicamente en lo político, por lo que debió incorporar elementos culturales como beneficios públicos que se orientaron a la “educación popular” y a la “difusión cultural”.  Desde esta perspectiva, la televisión se convirtió, a los ojos del gobierno, en “un “método” y un “vehículo de cultura”, gracias a sus posibilidades para cambiar y “transformar totalmente al hombre mismo”. 

Sin duda, la televisión buscaba impactar a la población para formar cultura e identidad nacional, pues fue traída en momentos en los que se hacía necesario superar el conflicto político interno, lo que exigía romper con tradiciones culturales afectadas por el obligado desplazamiento del campo a la ciudad. Por eso la televisión fue dirigida al creciente público de las urbes y pueblos, mientras que en los espacios más rurales esta función la siguió desempeñando la radio.

En la medida en que el medio impacta sectores urbanos con posibilidades económicas de adquirir los costosos receptores, podemos decir que la televisión fue consolidando una clase media urbana que paulatinamente se diferenció en sus gustos culturales de los sectores más rurales y pueblerinos de la población. Así, la televisión ofreció noticieros, comedias, musicales y espacios de variedades, incluidos seriados extranjeros. Desde luego, como el público consumidor estaba acostumbrado a las radionovelas, se ofrecieron también algunas telenovelas que fueron una evolución de los dramatizados.

También transformó los patrones de consumo a partir del momento en el que brindó espacios comerciales financiados gracias a la publicidad. De esta manera el desarrollo del medio estaría garantizado si se lograban modificar los patrones tradicionales de consumo de conjuntos comprendidos en los emergentes sectores medios, que además de convertirse en consumidores culturales, empezaron a demandar los productos comerciales que se publicitaban en medio de seriales nacionales y extranjeros.

Podemos decir que fue la apertura a programaciones privadas lo que condujo a la televisión a avanzar hacia un mass media de impacto en el país. En esta evolución podemos mostrar tres hitos:  el paso de una televisión de programadoras a los canales privados, sistema mixto que diferenció a Colombia de otros países donde la televisión fue o pública o privada; la inserción de la televisión en lógicas industriales y comerciales que se reflejaron en la producción de telenovelas y otros géneros, y la innovación tecnológica inicialmente a cargo del Estado, que se abrió progresivamente a los privados hasta el punto de alcanzar un alto número de programadoras privadas.

Gracias a lo anterior, la televisión fue ganando públicos a la radio a partir de una mejor programación de entretenimiento destinada a los hogares colombianos y, en consecuencia, logrando una mayor eficiencia en la pauta publicitaria, lo que fue modificando la cultura consumidora de los colombianos y su gusto por la televisión. 

Televisión pública: aporte a la memoria y la cultura

La cada vez más creciente comercialización del medio produjo que la televisión oficial se enfocara en programas culturales de educación no formal. Para ello, en 1970 el Ministerio de Comunicaciones inauguró el Canal 11 de Televisión Educativa Popular que impartió cursos básicos de lecto escritura y matemáticas, mediante telecentros ubicados en diferentes departamentos. A tal estrategia se sumó el uso de satélites, los cuales permitieron que se intercambiaran programas con otras televisoras del mundo. Todo llevó a que el presidente Julio César Turbay inaugurase la televisión en color, el 11 de diciembre de 1979.

 

(1979). Primera emisión a color en Colombia. [Clip]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-242815

Los siguientes avances en la televisión pública llegaron con el establecimiento de los primeros canales regionales: Teleantioquia, Televalle (hoy Telepacífico), Telecafé y Canal Capital, entre otros, que tuvieron un marcado énfasis cultural. 

 

1992. [Entrevista a Luis Fernando Ramírez Echeverri]: [Canal Telecafé] / Telecafé. [Pregrabado]. Colombia. Archivo Señal Memoria, UMT-209571

 

La etapa de privatización de la televisión que se vivió a partir de 1990 y el desarrollo de la televisión por suscripción, permitieron un avance significativo en la producción y la técnica, lo cual amplió el público consumidor. En medio de esto se consolidó la televisión pública, entendida como los canales controlados por el Estado, con la creación en 2004 de Radio Televisión Nacional de Colombia RTVC, cuyas funciones son educar, informar, fortalecer el conocimiento y la participación ciudadana, promover y resaltar nuestra identidad plural, y abrir espacios a la nueva industria de contenidos.  Cabe agregar el desarrollo de políticas de inclusión social y respeto a las culturas étnicas y raizales. 

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Para fortalecer la televisión pública, en 2013 se fusionaron Señal Colombia, Señal Institucional, Radio Nacional, Radiónica y parte de Canal Uno, que fueron operados por el Sistema de Medios Públicos. Lo anterior permitió diseñar estrategias encaminadas a contrarrestar el dominio de la audiencia por parte de los canales privados, mediante la oferta de producciones con alta calidad e interés, apoyándose además en algunos programas internacionales y un ensanchamiento del acceso del público mediante el uso de la Televisión Digital Terrestre (TDT), lo que permitió una mejor calidad de imagen y sonido y un ahorro en el uso del espectro electromagnético. Hoy es innegable que la televisión pública ha avanzado en contenido, formatos y medios para posicionar sus productos entre los colombianos, lo que constituye una fortaleza. 

Aunque importantes aportes se han hecho desde la televisión privada, lo cierto es que la televisión pública, con los canales regionales, pero especialmente con el Sistema de Medios Públicos, RTVC, ha hecho y hace los mayores esfuerzos para recuperar la memoria cultural de los colombianos a partir de sus producciones en múltiples formatos y con la preservación del patrimonio audiovisual y sonoro.

 


Autor: Alonso Valencia

 

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Fecha de publicación original Lun, 21/11/2022 - 18:27