Jacqueline Nova, ni rock n roll ni “chucu chucu” | Señal Memoria

Publicado el Lun, 07/03/2016 - 11:35
Jacqueline Nova, ni rock n roll ni “chucu chucu”

Escucharemos la voz y la obra de Jacqueline Nova, que reposa en la Fonoteca de Señal Memoria a través de la Radio Nacional de Colombia.

 


La voz de Jacqueline Nova

Mientras el gusto musical en Colombia se debatía entre el cada vez más diezmado mundo académico, el rock n roll y el “chucu chucu”, surgió ella con obras en las que estaba muy presente un predominio de la búsqueda de la memoria y la identidad colectivas. Así lo demuestran el Oratorio Hiroshima o Los Cantos de la Creación de la Tierra.

Más que desgastarse convenciendolos de que les guste su obra, este es una invitación a acercarse a ella sin prevenciones y abriendo sus puertas de la percepción a una mujer como lo dice en esta entrevista, buscaba llegar más allá del sonido.

Escuchar las obras de Jacqueline Nova no es fácil. No es una música gustadora a primera oída. No se baila. No es relajante. No se tararea. Entonces ¿por qué es importante? Aprovechamos para conocer algo de la trayectoria de esta compositora que con su obra rompió las barreras del sonido de su época.

Tres puntos vienen a la mente para responder esta compleja pregunta.

Primero. Fue una obra que con audacia incursionó en el medio musical colombiano incorporando las nuevas tecnologías con sonidos poco ortodoxos.

Segundo. Fue la primera compositora colombiana graduada por el Conservatorio Nacional de Música de la Universidad Nacional en 1967. Por supuesto su firme convicción transgredía no sólo las normas sociales sino las académicas. Una mujer, compositora, que fuera de eso incursionara en el mundo de la electroacústica y en un medio musical dominado por hombres (donde el papel de la mujer se limitaba a la juiciosa interpretación del piano) era inconcebible.

Y tercero, Nos recordó que no hay que tenerle miedo al presente. En su obra “El mundo maravilloso de las máquinas” de Jacqueline Nova publicado en 1966 claramente nos dice: “Esa repulsión del mundo inerte hacia los objetos y las máquinas que nos rodean, es una fijación sobre el pasado, como medio de protección; es miedo al presente”.

 
Fecha de publicación original Lun, 07/03/2016 - 11:35