Existen más de cincuenta textos que hablan sobre la vida de Jesús y que fueron escritos durante los primeros años del cristianismo. Sin embargo, no hacen parte de la Biblia, porque se les considera fantasiosos. ¿Qué dicen estos escritos sobre la infancia del Mesías?
Durante siglos los evangelios de San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan han sido los que han permitido conocer sobre cómo fue la vida de Jesús en la Tierra. Se han constituido como una guía espiritual para los cristianos en sus caminos de fe y han sido la base de dos de las celebraciones religiosas más grandes de este credo: Navidad y Semana Santa.
Estos libros presentan detalles del nacimiento del Mesías, de sus milagros, de su muerte y su resurrección. Sin embargo, estos no son los únicos escritos que existen sobre la vida de Jesucristo. También se escribieron evangelios apócrifos durante los primeros siglos del cristianismo que dan más detalles sobre el hijo de Dios.
¿Por qué se habla de evangelios apócrifos?
Si bien los libros que componen la Biblia fueron escritos por personas, los creyentes consideran que son inspirados por Dios y que fue él su verdadero autor. La selección de cuáles escritos debían (o no) hacer parte de la obra sagrada se determinó de manera gradual. Los del Antiguo Testamento fueron elegidos por hebreos; judíos que reconocieron a los diferentes profetas y que luego fueron aceptados por los cristianos.
En el caso del Nuevo Testamento, surgieron (y han surgido) más controversias. Durante los primeros años después de Cristo circulaban muchas más epístolas que luego fueron consideradas como parte del canon. Para las personas de aquel entonces, la vida de Jesús tenía muchas más particularidades que para los creyentes en la actualidad. Con el paso de los años, los cristianos y las autoridades de esta religión fueron seleccionando qué libros eran auténticos y no producto de fantasías. Los criterios para la selección eran la antigüedad de los textos (entre más cercanos al tiempo de Jesús, mayor la probabilidad de su veracidad) y la congruencia de lo que decían. Para los cristianos no se trató de una elección hecha por los humanos, sino por el mismo Dios a través de ellos. De esa manera se descartaron textos que hablaban sobre la vida de Jesús y que fueron leídos por muchos, pero que hoy llevan el nombre de “evangelios apócrifos”.
¿Qué dicen los evangelios apócrifos sobre la infancia de Jesús?
Se han identificado más de cincuenta evangelios apócrifos, o extracanónicos. Algunos son el de Tomás, el de María Magdalena, el de Judas, el de Santiago y el de José. Si bien llevan nombres de personajes de la Biblia canónica, los estudios han comprobado que no fueron escritos por ellos, ya que pruebas de carbono 14 han identificado que fueron redactados más de cien años después de Cristo.
Uno de los temas que tocan los evangelios extracanónicos es el de los reyes magos. Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar se encuentran en uno de esos escritos. En el Evangelio del Pseudo Mateo se menciona que estos sabios llegaron a adorar al niño cuando ya tenía dos años y que le llevaron oro, incienso y mirra, como se difunde en la actualidad. En el Evangelio árabe de la Infancia se habla de que existía una profecía de Zaratustra sobre el nacimiento del niño que se convertiría en rey. La narración se complementa con detalles que la Iglesia católica cataloga como “fantasiosos”. En el relato se indica que María les obsequió uno de los pañales de Jesús a los orientales, quienes arrojaron el objeto al fuego como parte de un ritual, pero que este no se quemó por sus características sagradas.
Como se refleja, algunos de los elementos de los apócrifos han sido acoplados en el canon cristiano, pero también hay detalles que son rechazados. El programa Culturama presentó una explicación sobre los llamados reyes magos y los regalos que se dice le dieron al Mesías hace más de dos mil años.
Arenas, Paula (directora). (2007). Culturama. Bogotá: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-012159.
Otro de los aspectos que tocan los evangelios extracanónicos es el del rol de José en la vida de Jesús. Por ejemplo, en el de Tomás se menciona que le enseñó sobre las labores de carpintería y que era un padre que corregía al niño. En este libro se caracterizó a este hombre que se nombra muy poco en los escritos aceptados, en los que se le destaca especialmente en el nacimiento del Mesías y la huida a Egipto, como se recuerda en este fragmento sonoro de la HJCK en el que se describe la “primera Navidad”
[Historia de la Navidad]. Bogotá: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-075234-01-SER001CPTDGW.
La Iglesia ha rechazado el texto de Tomás porque dicen que presenta actitudes “vengativas” de Jesús durante su infancia, como cuando en una ocasión un niño murió luego de que el hijo de Dios se enfadara con él. Si bien se muestra como un infante que hacía milagros, también se le narra como travieso, característica que rechaza el cristianismo. Una de sus facultades fue, según el texto, la creación de gorriones vivos luego de diseñarlos con barro.
En el Evangelio Árabe de la Infancia de Cristo se menciona que cuando José, María y Jesús llegaron a Egipto, un fuerte temblor ocurrió en la zona y los ídolos cayeron de los templos. Además, se habla del niño Jesús como un héroe que expulsó demonios, que sanó a leprosos, que hizo hablar a una muda y que realizó muchos más milagros. Historias como esas se encuentran en los demás apócrifos, junto con características de otros personajes de la Biblia. Por ejemplo, se menciona que María Magdalena era más cercana a Cristo que los mismos doce discípulos.
Aunque en la mayoría de las ramas del cristianismo no sean aceptados esos más de cincuenta libros, el gnosticismo da lugar a una amplia variedad de creencias, entre las que se tienen como fundamentos algunos libros apócrifos. Por ejemplo, para ellos Jesús no era de carne, sino que llegó a la Tierra en espíritu y su materialidad (cuerpo) era solamente aparente. Adicionalmente, estos textos no canónicos han sido utilizados para hacer películas y libros como Testamentos apócrifos de Attilio Locatelli, sobre el que se refirió el librero Hans Ungar en 2002.
Ungar, Hans (locutor). (2002). Revista Dominical HJCK. Bogotá: HJCK. Archivo Señal Memoria, HJCK-DGW-077928-01.
