Cerros de Bogotá: Los pulmones de la metrópoli | Señal Memoria

cerros de Bogotá
Publicado el Lun, 20/05/2024 - 18:25 CULTURA Y SOCIEDAD
Los pulmones de la metrópoli: cerros de Bogotá

Los más de siete millones de habitantes de Bogotá subsisten gracias a los cerros orientales que bordean la ciudad. Allí nacen algunas de las quebradas que nutren a los ríos de la capital del país. Igualmente, en esa cadena montañosa viven cientos de especies de fauna y flora. En este artículo les presentamos la riqueza de este lugar y las relaciones que se tejen entre lo urbano y lo rural. 


Al alzar la vista hacia el oriente es difícil no divisar los cerros de Bogotá. Es complejo ignorar los más de trece mil kilómetros que se constituyen como el pulmón de la capital de Colombia. De norte a sur o de sur a norte, como quiera verse, las montañas abrazan a las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, La Candelaria, San Cristóbal y Usme. Ese borde oriental les recuerda a los habitantes de la ciudad que su parte urbana es menor al 30% y que los edificios no subsistirían sin la naturaleza que los rodea.

Al alzar la vista hacia el oriente es difícil no divisar los cerros de Bogotá. Es complejo ignorar los más de trece mil kilómetros que se constituyen como el pulmón de la capital de Colombia. De norte a sur o de sur a norte, como quiera verse, las montañas abrazan a las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa Fe, La Candelaria, San Cristóbal y Usme. Ese borde oriental les recuerda a los habitantes de la ciudad que su parte urbana es menor al 30% y que los edificios no subsistirían sin la naturaleza que los rodea.

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Entre el verde: la biodiversidad de los cerros

Allí la biodiversidad se hace presente. Hasta el momento se han registrado 443 especies de flora, entre ellas 90 de orquídeas y 47 de bromelias. Los arbustos y los frailejones ocupan casi cinco mil hectáreas de estos cerros que fueron declarados, en su mayoría, “Reserva Forestal Protectora” desde el año 1977. También se han detectado 130 especies de aves, incluidos 19 colibríes. En los cerros viven animales únicos como la ardilla bogotana, el armadillo de nueve bandas y el conejo de páramo, según se informa en el libro Oriéntate. Los cerros son nuestro norte.

Finalizando el siglo XX, en el programa Aprender a convivir se divulgaron los resultados de un estudio que se llevó a cabo en los cerros orientales de Bogotá. En el siguiente fragmento audiovisual se puede conocer sobre algunas de las especies que viven en esas montañas, las problemáticas que las aquejan y los árboles con los que se buscaba reforestar los cerros en ese entonces.

Marchal, Jacques (director). (1999). Aprender a convivir. Bogotá: Inravisión – Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-009490.

 

Como se muestra en el fragmento anterior, el uso que los seres humanos le han dado a los cerros ha sido el detonante de algunas de sus dificultades. De estas montañas se han extraído materias primas como piedra, madera y arena para ser utilizadas en actividades de construcción. Aquello ha causado la deforestación en la zona. De acuerdo con el documento Cerros orientales de Bogotá. Patrimonio de Todos, esta situación no se ha solucionado de manera adecuada, ya que en el siglo XX se reforestó con árboles no nativos del lugar como el eucalipto, la acacia y el pino.

Sin embargo, también se han llevado a cabo otros procesos de reforestación idóneos para mitigar los daños que ha sufrido la cadena montañosa. En ella nacen quebradas como La Chorrera, La Vieja, Chicó y Las Delicias que desembocan en ríos de la ciudad. En 1991, la serie Donde estás Bogotá se acercó a los cerros, nombró a algunos de ellos y a sus barrios aledaños. 

González, Diana (directora). (1991). Donde estás Bogotá. Bogotá: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT-200176 Clip 1-2.

 

Cuando lo rural y lo urbano se encuentran

Pensar en los barrios aledaños a la cadena montañosa da pie a recordar que esta no está separada de la ciudad. Bogotá en sí misma se nutre de sus aguas. Sus gentes han tenido contactos estrechos con los cerros. Por ejemplo, en uno de los apartados del fílmico de los años cincuenta Ángulos de Bogotá, se muestra a algunos de los habitantes de las zonas cercanas (o que hacen parte de) las montañas orientales de la ciudad. En el documento audiovisual se les menciona como “proletarios”, lo que tiene relación con la creación y la consolidación de barrios como la Perseverancia y Egipto Alto. Justamente este último puede apreciarse en el siguiente fragmento.

DINAPE (productor). (1956). Ángulos de Bogotá. Bogotá: Dirección Nacional de Información y Prensa. Archivo Señal Memoria, VR-F35MM-851303.

 

Esos vínculos con los cerros son anteriores al siglo pasado. Desde antes de la llegada de los europeos al territorio, los indígenas muiscas consideraban a las montañas como lugares sagrados. Para ellos, sus aguas simbolizaban (y simbolizan) el origen de la vida, motivo por el que allí realizaban ceremonias de adoración y gratitud. De manera similar ocurrió durante la Colonia. Al traer su religión, los europeos seleccionaron algunos lugares de la cadena montañosa para realizar sus devociones a su Dios y a la Virgen María. Por ello, se construyeron los santuarios de Monserrate, Guadalupe y de La Peña.

Uno de los capítulos del programa Colombia monumental, de 1997, estuvo dedicado a Monserrate. En el siguiente fragmento se mencionan diferentes características de este cerro que se ha convertido en símbolo de la ciudad. Allí no solamente se hacen ceremonias ligadas al catolicismo, sino que se llevan a cabo actividades turísticas, deportivas y de esparcimiento en general. 

Ulloa, Adriana (directora). (1997). Colombia monumental. Bogotá: Señal Colombia -RTVC. Archivo Señal Memoria, BTCX30-013121.

 

El cerro de Monserrate se ha convertido en un referente geográfico para que las personas se ubiquen en la ciudad. También es fuente histórica en tanto cuenta sobre el pasado colonial y el presente religioso. Así mismo, visibiliza relaciones económicas y sociales que se gestan en su cima y en sus faldas. Muestra, de manera explícita, las relaciones de los habitantes de Bogotá con las montañas. La ciudad es lo que es en tanto se deja cobijar por esa cadena montañosa en la que se vinculan seres humanos, naturaleza y tradición.

 

 


Por: Laura Lucia González

 

Fecha de publicación original Lun, 20/05/2024 - 18:25