Un Cuento Descuadernado, dramatizado radial sobre el conflicto y la memoria de sus víctimas | Señal Memoria

Publicado el Jue, 13/02/2014 - 21:41
Un Cuento Descuadernado, dramatizado radial sobre el conflicto y la memoria de sus víctimas
 
Un Cuento Descuadernado parece un relato nacido de un estado alterado. Y en la historia que cuenta, late un accionar perverso. Lo es porque los actores armados del conflicto colombiano recurrieron a estrategias de ocultamiento de sus crímenes para sembrar el terror, aleccionar a la población civil de los territorios cercanos y evitar que los asesinatos tuvieran un impacto nacional y que sus autores fueran perseguidos y enjuiciados. Bajo la apariencia de "no está pasando nada", estaban pasando más cosas de las que se sabían. Hechos terribles derivados del plan deliberado de aterrorizar. El miedo ha sido un arma de la guerra. 
 
La aparente y muy relativa calma que se ha vivido en las grandes ciudades ha sido espuria. Así se pretendiera que no estaba pasando nada o, por lo menos, que no estaba pasando tanto, es decir, que no se cometían asesinatos selectivos, desapariciones forzosas y pequeñas masacres que no dejaban una huella notoria, el personaje que narra Un Cuento Descuadernado, un tipo de ciudad que no quería saber nada de la guerra y sus atrocidades, advertía soterradamente, sin él mismo ser consciente de ello, que algo perverso se consumaba en alguna parte. Lo sabía por debajo de cuerda, en concordancia con aquella estrategia de actuar por debajo de cuerda. Eran su vida pacífica y la muy relativa calma de su ciudad tan espurias como la de un prado bello y apacible bajo el cual yace enterrado algo siniestro.  
 

Este personaje no sabía lo que sabía, pero sí sentía una inquietud y una desazón constantes que no lo dejaron en paz ni siquiera cuando, para escapar del desempleo y tanta noticia y presentimiento sombríos, viajó a España en busca de mejor suerte. Se fue con plata prestada por su familia, pues no carecía de recursos. No es un refugiado ni un exiliado. Es un tipo promedio, como el público al que aspira a llegar este cuento descuadernado: gente común y corriente de clase media que no quiere saber demasiado sobre la guerra en Colombia.  De hecho, así nació la historia: Carlos Páramo, director actoral de la obra, le dijo a Carlos Fernández, el libretista e intérprete del personaje-narrador, que ojalá la historia que escribiera contara el conflicto armado colombiano y la memoria de las víctimas desde su perspectiva.

 

 

 

El libretista pensó en voz alta: ¿desde mi perspectiva? Si yo he estado muy alejado del conflicto. Lo pensó sintiéndose culpable por su larga y, a veces, deliberada indiferencia a la guerra y sus víctimas. Carlos Páramo le dijo que sí, que así saldría una historia genuina y que el público que la oyera podría sentirse identificado con el personaje.  Al poner manos a la obra, el libretista se topó con el miedo, una emoción que lo ha acompañado toda su vida, y pensó que ese podría ser el material primordial del relato. ¿Y si ese miedo -imaginó- tuviera un vínculo estrecho con el que los actores armados han provocado en el país como parte de su estrategia deliberada de dominación? ¿Y si ese miedo fuera producto de la percepción subrepticia de los crímenes que los actores armados han cometido  sigilosamente para ganar poder y conservar la apariencia de que no pasa nada? ¿Y si ese viejo miedo no fuera independiente del clima de orden público alterado que ha prevalecido en Colombia durante décadas?

Imposible o, por lo menos, difícil, verificar una hipótesis semejante, pero funcionaba bien en el plano de la ficción. Aunque ficticia la hipótesis que puso en marcha la historia de Un Cuento Descuadernado, en el fondo plantea algo que tiene sentido: ¿esas supuestas y muy relativas paz e indiferencia de quienes hemos vivido alejados de lo más crudo del conflicto no estarán minadas por la crueldad de los crímenes que, aunque no conocemos de primera mano, intuimos o conocemos de soslayo? ¿No se sostiene esa tranquilidad sobre algo muy frágil o sobre nada? ¿No es, en el fondo, una tranquilidad intranquila?

 

En el plano de la ficción, Un Cuento Descuadernado pretende ser un espejo del conflicto colombiano, en el que cada lector y cada oyente lee o huele o escucha lo que sabe de las víctimas sin ser cabalmente consciente de ello. En el mundo real, Un Cuento Descuadernado se sustenta en los testimonios de las víctimas del conflicto relatados en ¡Basta Ya! Colombia: Memorias de Guerra y Dignidad, informe del Grupo de Memoria Histórica y en la experiencia descorazonadora de haber asistido, aunque sea de lejos, a la sevicia del conflicto.

 

Cada uno de los capítulos de Un Cuento Descuadernado será emitido por las 42 estaciones de Señal Radio Colombia en el programa 'El campo en la radio', a partir de las 5:45 de la mañana desde el lunes 17 hasta el jueves 20 de febrero de 2014. Los invitamos a oír los cuatro capítulos de esta historia radial, coproducida por el Centro Nacional de Memoria Histórica y Señal Memoria, con el apoyo de USAID y la OIM.

 
 
 
 

 

 

 

Fecha de publicación original Jue, 13/02/2014 - 21:41