Los partícipes más visibles de los hechos de la Independencia son, sin duda, los criollos. La historia, que a veces se hizo la sorda, borró en algunas de sus versiones más conocidas, a aquellos personajes que, por no pertenecer a los sectores dominantes de la sociedad no ganaron un lugar en el relato de los hechos.
Entre tanto, aquellos cuyos nombres estaban ligados a familias que ya para 1810 eran “tradicionales”, son los que hacen parte del listado de protagonistas, por ejemplo Camilo Torres, y su primo Francisco José de Caldas, o los hermanos Morales Galavíz, quienes participaron en el episodio del florero de Llorente; uno de estos dos hermanos era el cuñado del abanderado de Nariño, don José María Espinosa, quizá el pintor más destacado de la época, a quien se le debe que hoy por hoy tengamos una idea de cómo eran físicamente los “próceres” y “héroes de la patria”.
Lazos Familiares
Son múltiples los datos relacionados con la genealogía de los personajes notables. En versiones un poco más audaces de la historia, se llega a afirmar que en la cama de las hermanas Ibáñez –Nicolasa y Bernardina- nacieron el partido conservador y el partido liberal. En cualquier caso, resulta curioso encontrar que hoy en día familias notables colombianas provienen de aquella época, particularmente de los personajes cuyos nombres están registrados con admiración en los libros.
Pero es a la vez, necesario recuperar la memoria de personajes menos mencionados, como el caso del boyacense don Pedro Pascasio Martínez, habitante del municipio de Belén, quien lleva el mismo nombre y es heredero directo del aquel niño reclutado por el ejército patriota y de quien se dice que a pesar de su corta edad fue quien apresó al general realista Barreiro. Se afirma que Pedro Pascasio tuvo siete hijos y murió en la miseria esperando una prometida recompensa.
De otra parte, si se mira el testamento del personaje más destacado del proceso, Simón Bolívar, es sorprendente encontrar que no tuvo descendencia. Su herencia se la dejó a sus hermanas y a su mayordomo, José Palacios, quien al parecer murió alcohólico. Si Bolívar no hubiera sido infértil, como lo afirman algunas de su biografías, quizás el número de Ramírez, Rodríguez o Martínez estaría rebasado por el número de Bolívares, pues no fueron pocos los amores que tuvo nuestro Libertador.
