Jasón contra Medea: La ambición de un hombre y el dolor de una mujer | Señal Memoria

Jasón contra Medea
Publicado el Mié, 30/07/2014 - 14:35
Jasón contra Medea: La ambición de un hombre y el dolor de una mujer

Medea es una de las obras clásicas más conocidas; ha trascendido en el tiempo y ha sido representada en distintos ámbitos: tiene varias óperas, fue interpretada por la famosa cantante María Callas, llevada al cine por el director italiano Paolo Pasolini y a la televisión por Lars von Trier. En la Fonoteca de Señal Colombia se encuentra una versión radiofónica. Pero ¿qué es lo que la hace tan memorable? Hablar de Medea significa hablar de una tragedia que se sale de los cánones. A diferencia de otros relatos míticos griegos, la Medea de Eurípides no trata de las aventuras de héroes que luchan contra los dioses, sino que se centra en el dolor de una mujer y su terrible venganza contra aquel que la injurió.

En esta obra es difícil definir quién es la víctima y quién el victimario. La historia inicia mucho antes de esta tragedia con el gran aventurero Jasón, el argonauta que viaja en busca del Vellocino de Oro y que lucha por recuperar la realeza de sus antepasados: en este relato Jasón no se retrata como valiente, noble y justo, sino que se muestra como traidor y ambicioso.

Detrás el éxito del navegante se encuentra Medea, que ha ayudado a Jasón a triunfar en sus aventuras: le ha enseñado a matar gigantes, domar toros que respiran fuego y lo más importante, a recuperar el vellocino. A cambio de su ayuda, el argonauta la toma como esposa y con ella tiene dos hijos.

Pero poco dura su fidelidad, pues al no ser nombrado rey de Yolcos, y al ver la oportunidad de gobernar en Corintos, acepta la propuesta del rey Creonte de casarse con su hija. Así, Medea, a punto de ser exiliada, toma su dolor y lo usa para conseguir su venganza: en menos de un día consigue matar a la princesa y a su padre, y le permite vivir a Jasón sólo para causarle el mayor dolor al asesinar a sus propios hijos. En la última escena, Medea logra escapar en el carro jalado por serpientes aladas, regalo de su abuelo, el dios Helios.

La figura de Medea aparece de forma recurrente en distintos relatos griegos: se le ve como mujer enamorada, víctima dolida o mujer peligrosa y cruel. Sus características son inestables, se transforman y moldean dependiendo del tiempo, los autores y el lugar, pero aún así siempre resalta por ser distinta a las otras mujeres de la mitología griega.

Medea es una extranjera o bárbara, originaria de la Cólquide, lugar lejano al mundo griego y, por lo tanto es ajena a los valores de la civilización; en contraposición están el coro y la nodriza, que intentan razonar, le ruegan a la mujer que detenga su plan, y se asombran y espantan cuando lo lleva a cabo. Medea es la sobrina de la bruja Circe, es adoradora de Hécate (diosa de la Luna, la magia y la muerte). Medea es irracional, impulsiva y famosa por su manejo de los venenos. Los asesinatos que comete Medea, en especial el de sus hijos, es una de las escenas más crueles del teatro clásico griego, pero en el relato es justificado por la infidelidad de su esposo, y avalado por los mismos dioses. 

Por otro lado Jasón es innoble y ambicioso, nunca ha triunfado por su cuenta, y a diferencia de otros héroes, como Hércules o Aquiles, no muere de forma gloriosa. Su final es profetizado por la propia Medea, y muere aplastado por el mástil de su propio barco mientras duerme. Así termina la saga del más famoso de los argonautas, opacada por la ira de una mujer.

La adaptación de la Radiodifusora Nacional de Colombia es dirigida por Gonzalo Vera Quintana, y cuenta con las interpretaciones de Ana Mojica como Medea, Merena Dimont como la Nodriza, Manuel Cabral como Jasón, Gabriel Vanegas como Creonte, y Gonzalo Vera como Egeo. Se encuentra en la Fonoteca con el consecutivo CD009495.

 

 

Luisa Mancera

Fecha de publicación original Mié, 30/07/2014 - 14:35