Alrededor de quince años de guerra continua en el proceso de Independencia de las colonias en Sudamérica, rebajaron a lo más profundo de la dignidad humana a ambos bandos en contienda. Genocidios, atrocidades y masacres fueron el producto de una guerra fratricida en la que la venganza se ensañó con el pueblo llano. La sangre en la Independencia no sólo corrió en los campos de batalla. Miles de hombres, mujeres, niños y ancianos fueron protagonistas y testigos de la sed de sangre de realistas y patriotas en el territorio del entonces Virreinato de Nueva Granada.
Hay que hacer la salvedad de que la mayor parte de los hechos que componen este artículo abarcan los sucesos de la guerra en territorio de la actual Venezuela. En la Nueva Granada también se presentaron hechos sangrientos. Basta recordar la Navidad Negra o la Batalla del Rio Pienta, que de batalla no tuvo mucho, pero sí de masacre, para nombrar solo dos destacados ejemplos en el actual territorio colombiano.
El por qué de las atrocidades
La crueldad y los desmanes con la población civil (peninsulares o americanos) tuvo un primer capítulo en las luchas por la independencia en Venezuela. Varios fueron sus protagonistas en ambos bandos, pero cabe destacar a Domingo de Monteverde (capitán general de Venezuela) y Antonio Nicolás Briceño como los perpetradores directos o indirectos de estos actos, en los que no solo se hizo gala del uso de las armas por parte de los dos contendores, sino también del uso de elementos tradicionales del sentir americano, como la música e incluso las corridas de toros.
Aparte del exterminio de la población, estos actos de venganza tuvieron un objetivo claro: enviar un mensaje de escarmiento e intimidación al contrario mediante ejecuciones, violaciones, empalamientos y demás acciones del catálogo de suplicios a los que se puede someter a un pueblo. Un nivel solo comparable con las ejecuciones en la Europa de antes de la llegada de la guillotina. Igualmente, para John Lynch fue “un indicativo de la inseguridad que sentían ambos bandos, pues ninguno contaba con una fuerza superior a la de su adversario y, por tanto, no podía permitirse dejar que el otro creciera”.
En esta escena del capítulo XV de Bolívar, el hombre de las dificultades, un grupo de comerciantes españoles es fusilado sin ningún tipo de juicio por parte de tropas al mando del entonces coronel Rafael Urdaneta, posterior al Decreto de Guerra a Muerte y en un contexto geográfico diferente al de la guerra en Venezuela. Eran las primeras acciones de este tipo que se llevaban a cabo en la Nueva Granada. El año es 1814.
Rangel Rengifo, Jorge (Productor). Triana, Jorge Alí (Director). (1981). Bolívar, el hombre de las dificultades. [Serie] [Capítulo XV - Guerra entre patriotas]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, VR C1P 244596 Bolívar El Hombre De Las Dificultades CAP 15.
Pecados de guerra
El periodo de 1813 a 1814 fue el más cruento de la lucha en Venezuela. Domingo de Monteverde, como capitán general de Venezuela y líder del ejército realista, aterrorizó a la población dando el visto bueno a sus subordinados para que mataran tanto civiles como combatientes. De su mandato surgieron personajes como Antonio Zuazola a quien “Bolívar consideraba un hombre realmente abominable, [que] exhortaba a sus tropas a no dejar con vida a nadie que tuviera más de siete años y era capaz, incluso, de destrozar los fetos dentro de los vientres de sus madres”, escribe John Lynch en su famosa biografía de Bolívar.
Del otro lado estaba el hacendado Antonio Nicolás Briceño, “revolucionario de la línea dura y compañero de exilio [de Bolívar] en Nueva Granada, [que] se ganó el apodo de El Diablo entre sus colegas”. Este llevó a cabo acciones y genocidios similares, pero entre los civiles peninsulares, con una declaración muy diciente: “destruir en Venezuela la raza maldita de los españoles europeos, en que van inclusos los isleños de Canarias...Ni uno solo debe quedar vivo”.
La Guerra a Muerte
El 15 de junio de 1813 Bolívar firmó en Trujillo el llamado Decreto de Guerra a Muerte que decretaba: “Españoles y Canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables”.
Este fragmento del capítulo X de Bolívar, el hombre de las dificultades (1980) recrea el contenido del documento y el momento de la firma del Decreto de Guerra a muerte. Pedro Montoya interpreta a Simón Bolívar.
Rangel Rengifo, Jorge (Productor). Triana, Jorge Alí (Director). (1981). Bolívar, el hombre de las dificultades. [Serie] [Capítulo X- Guerra a muerte]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, VR C1P 244596 Bolívar El Hombre De Las Dificultades CAP 15.
Para el historiador venezolano Arístides Rojas la Guerra a Muerte fue una inevitable reacción por parte del bando insurgente como respuesta a las acciones atroces de los realistas a raíz de la caída de la llamada primera República en 1812, tras la capitulación de Francisco de Miranda ante el comandante español Monteverde. La Declaración permaneció hasta el 26 de noviembre de 1820, cuando Bolívar se reunió en los términos más amistosos con el general español Pablo Morillo y se firmó el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra.
El caso Boves
José Tomás Boves, también llamado el León de los Llanos, el Urogallo, la Bestia a caballo o simplemente el Taita, comandó el Ejército Real de Barlovento o también llamada la Legión infernal. Se valió del resentimiento social de las clases más bajas contra el abuso y explotación por parte de la aristocracia criolla. Con este motivo, unido a su carisma como líder, desplegó una inclemente ofensiva contra los ejércitos independentistas en Venezuela y se convirtió en el enemigo más peligroso de la causa republicana de las élites venezolanas.
La tradición de usar música para ejecuciones sumarias, torturas y martirios no es exclusiva de la historia reciente de los países que en tiempos de la guerra de Independencia formaron parte del Nuevo Reino de Granada. Dice Gonzalo España: “En Barcelona (Venezuela) las huestes realistas de Francisco Tomás Morales [segundo al mando de Boves] pasan a cuchillo a tres mil quinientos civiles patriotas que han buscado refugio en la catedral; en Caracas y La Guaira son alanceados y arcabuceados mil trescientos prisioneros españoles por orden de Bolívar. La música toma parte en la fiesta. Boves pone a bailar a los republicanos la tonada del Piquirito antes de alancearlos; Arismendi cumple las órdenes de Bolívar al son de El Palito, un bambuco de moda”.
El 19 de junio de 1814, Boves y su Legión Infernal llevaron a cabo el asedio de Valencia. Este fragmento del capítulo 13 de la serie Bolívar, el hombre de las dificultades, pertenece a los momentos previos de la acción. A manera de tortura se lleva a cabo una simulada corrida de toros, en la que los “toros” son los hermanos Medina, patriotas de Valencia que se entregaron al Taita y que son últimados en medio de la algarabía de los soldados. El “torero” es Francisco Tomás Morales, alias el Inmortal, interpretado por Humberto Arango.
Poco después, Valencia cayó y se llevó a cabo la famosa masacre de más de 400 patriotas (entre militares y civiles), mientras las mujeres de la ciudad eran violadas al son de la misma canción del Piquirito.
Rangel Rengifo, Jorge (Productor). Triana, Jorge Alí (Director). (1981). Bolívar, el hombre de las dificultades. [Serie] [Capítulo XIII- La muerte llega a Caracas]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, VR C1P 244596 Bolívar El Hombre De Las Dificultades CAP 15.
Las atrocidades, masacres y genocidios merecen un capítulo independiente en la Nueva Granada. Aquí aparece una nueva figura en el ruedo: el Pacificador, Pablo Morillo. Pero ese será objeto de un análisis posterior.
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Autor: Javier Hernández
