Cultura y sociedad | Señal Memoria

Cultura y sociedad

Colección que agrupa los documentos relacionados con temas de interés general, expresiones artísticas, manifestaciones y producciones culturales originadas por los diferentes tipos de poblaciones en el país.

Franz Von Suppé (1819 - 1895), talentoso músico austriaco, enfocó sus esfuerzos en la producción de operetas y música de aceptación dispar entre clases populares, que disfrutaban de melodías e instrumentaciones hechas a su medida, y la encumbrada sociedad europea gustosa de la ópera seria, que le consideró un compositor menor. El estilo musical de Suppé ha sido recibido con mayor atención en el ámbito de la llamada música “brillante”, además del uso que se le ha dado a sus oberturas y segmentos instrumentales en películas y medios audiovisuales. Es en tal sentido que se produce un disco de naturaleza mercantil-pop, como el que aquí se presenta, donde están agrupadas aquellas secciones consideradas como “éxitos”, procedentes de “Bocaccio” (1879), su opereta más reconocida.

La indisoluble presencia que durante siglos tuvo la guitarra en el ámbito tradicional y popular del espectro musical latinoamericano, fue la base principal para el aporte realizado desde este continente al desarrollo como solista que tuvo el instrumento a partir del siglo XX. La construcción melódica y los patrones rítmicos característicos de modernistas como el mexicano Manuel María Ponce o el brasileño Heitor Villa-Lobos, así como el evidente ancestro que tuvo el paraguayo Agustín Barrios (Mangoré)en la pieza de salón decimonónica , conforman el representativo sentir nacionalista propio del temprano siglo XX, que continuó como lineamiento creativo hasta las décadas centrales del mismo y mantiene su vigencia en actuales programas de concierto. Laurindo Almeida (1917 - 1996) encarnó ese espíritu ecléctico que por principio tiene la dificultad de establecer a ciencia cierta, las fronteras entre lo llamado “clásico” y aquello que pueda interpretarse o no como sentir “popular”.

Los colombianos Carmiña Gallo y Jaime León se reúnen para la interpretación de 18 canciones procedentes de Argentina, Brasil, Colombia, Guatemala, Perú, Uruguay y Venezuela. Es el primer volumen de una serie de producciones financiadas por la Organización de Estados Americanos, cuyo principal objetivo fue la promoción sistemática de obras escritas por compositores americanos. El disco se publicó en el año 1977, y aunó en un solo producto un variado repertorio, dos destacadas figuras musicales del momento y la obra de David Manzur, él mismo becario de la OEA, a través de este particular retrato de la soprano colombiana.

Germán Borda (1935), además de contar con títulos doctorales y posdoctorales en composición de la Universidad de Viena, cursó estudios de filosofía y letras, de lo que resulta su labor como escritor. A esa prolija palestra se suman experiencias como director, de las cuales queda este registro realizado en gira de conciertos por Europa, a lo largo de 1987. Del modesto tiraje que tuvo el disco, factor representativo de una edición discográfica independiente, en el archivo de Fonoteca de RTVC reposan cera de 10 ejemplares.

Morton Gould (1913 - 1996), idiosincrática figura musical estadounidense, supo integrar en su exitosa carrera componentes esenciales de la formación clásica y popular que tuvo desde la temprana infancia. Destacado pianista, arreglista, compositor y director de orquesta, como lo indica el entreverado diseño de esta carátula, explota aquí todo el potencial de sus capacidades. El disco se compone de reconocidas obras escritas por Gould en los años 1940, que interpreta y dirige desde el piano. Con la versatilidad característica de sus cientos de producciones, esta se publicó en 1948, casi simultáneamente con la escritura del repertorio incluido.

La enigmática “Ofrenda musical” BWV 1079 de Bach, ha sido una constante fuente de especulación interpretativa en cuanto al orden de sus secciones y los instrumentos con los que deben ser interpretadas. Son de referencia las versiones dirigidas por Nikolaus Harnoncourt (1970), Neville Marriner (1974), Reinhard Goebel (1979) y más recientemente Jordi Savall (1999). En cuanto a la versión de Karl Münchinger, existe confusión sobre la fecha de grabación y publicación de este repertorio interpretado a la cabeza de la Orquesta de Cámara de Stuttgart. Se dice que fue en los años 1955, 1961, 1968 y 1976. Lo cierto es que el trabajo del director alemán fue siempre bien recibido por la crítica. Con esta orquesta en particular, grandes fueron los esfuerzos dedicados al repertorio Bachiano.

Este disco permanece como único testimonio auditivo del trabajo que, para el momento de la grabación en el año 1966, se logró realizar de manera mancomunada entre la empresa privada y profesores y estudiantes del Conservatorio de Música de la Universidad Nacional, por entonces la escuela más representativa de Colombia, en cuanto a la práctica de la llamada música clásica. Presenta un ambicioso repertorio que integra lo canónico universal del barroco y lo contemporáneo local, grabado en un momento histórico decisivo para una y otra tendencia. El último tercio de siglo XX se caracterizó por las constantes inquietudes y avances en el terreno de la HIP (Historically Inform Performance), mientras que el medio colombiano atendía el surgimiento de múltiples formas contemporáneas de expresión, a la vez que consolidaba sus “clásicos vanguardistas” como es el caso de Fabio González Zuleta (1920-2011).

La marca Teldec, corresponde a la unión de las primeras letras de Telefunken y Decca, sellos británicos protagonistas en el mercado de música clásica. El enfoque correspondiente a la llamada música antigua se manejó desde 1958 a través de la serie Das alte Werk, con marcada prioridad en los avances que tuvo por entonces el campo de la interpretación historicista. Allí se destacó Nikolaus Harnoncourt (1929), regente del celebrado Concentus Musicus Wien, la carta más valiosa del sello. Esta influyente grabación de L’Orfeo de Monteverdi, realizada en 1969 con base en la edición de la partitura hecha por el propio Harnoncourt, inauguró la interpretación de la obra ceñida a lo que se ha interpretado como sonoridad auténtica del temprano barroco al que corresponde.

El origen independiente del sello Argo en 1951, estuvo marcado por una búsqueda de sonoridades exóticas o ciertamente distantes del establecimiento de la industria. Su impulso duró poco y ya para 1957, la compañía pasó a manos de Decca, momento en el que aparecieron con el sello grabaciones que si bien están circunscritas en el ámbito de lo “clásico”, mantienen ese espíritu original de “rareza”. La dramática ilustración que aquí se expone, corresponde a una celebrada grabación del año 1959, a cargo del coro de la londinense Catedral de Westminster, dirigido por George Malcolm (1917-1997), quien tuvo la fortuna de interpretar este tipo de repertorios en el legítimo contexto litúrgico para el que fueron creados. Se trata de los Responsorios para los oficios correspondientes a la muerte de Cristo en la Semana Santa católica, escritos por el español Tomás Luis de Victoria (c.1548-1611).