Publicado el Jue, 27/10/2022 - 09:09

El patrimonio audiovisual, memoria en imágenes y sonidos

Diseño: Karen López para Señal Memoria de RTVC Sistema de Medios Públicos

El Día Mundial del Patrimonio Audiovisual se conmemora desde 1980, luego de que en la 21ª Conferencia General de la Unesco se adoptaran las recomendaciones para salvaguardar y preservar las imágenes en movimiento.  Desde Señal Memoria nos acogemos a esta conmemoración para sensibilizar con imágenes fílmicas, preservadas en el archivo, la importancia de la memoria audiovisual del país.


La noción de Patrimonio Cultural es en realidad un vocablo bastante joven. Fue posterior a la Segunda Guerra Mundial, luego de la devastación de los bienes culturales de las naciones europeas en conflicto, cuando se comenzó a hablar de la relevancia de adoptar medidas preventivas para la protección del patrimonio cultural, tanto en tiempos de guerra, como en tiempos de paz.

En Colombia, el concepto de Patrimonio Cultural, que abarca el patrimonio material, inmaterial y natural, solo se materializó al constituirse el Ministerio de Cultura y crear la Ley 397 de 1997, conocida como Ley General de Cultura, en la que el Patrimonio Audiovisual quedó reducido a un artículo y exclusivamente a las imágenes en movimiento. 

Mientras se destinaban recursos para salvaguardar inmuebles, monumentos, pinturas, esculturas, documentos textuales y un sin fin de manifestaciones culturales, las imágenes y sonidos producidos por los medios de comunicación iban quedando relegados en anaqueles del olvido.  

Así, casetes, cintas de carrete abierto, discos de vinilo, fílmicos y videocasetes fueron acumulándose en emisoras, programadoras de televisión e incluso en los hogares de muchos colombianos, sin tener un rumbo claro de qué hacer con esos soportes análogos. 

En medio de esa desmemoria, fue abriendo terreno el mundo digital. Textos, bases de datos, imágenes fijas o en movimiento, grabaciones sonoras, material gráfico, programas informáticos o páginas web, entre otros, fueron abriéndose paso para convertirse en una alternativa de almacenamiento de información. Quién no recuerda haber tenido un  disquete y guardar allí datos que nos parecían de suma importancia, aunque luego terminaron convirtiéndose en obsoletos por la poca capacidad de acopio. 

Fue precisamente empezando este siglo XXI cuando la Unesco, a través de una carta, alertó sobre la relevancia de preservar el patrimonio digital. En 2011, Irina Bokova, directora de ese organismo por ese entonces, señaló el riesgo de perder definitivamente —a consecuencia del abandono, deterioro natural y obsolescencia tecnológica— el patrimonio audiovisual de la humanidad. 

Un poco después, en nuestro país esa misma preocupación empezó a madurar y entidades como la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura, la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, el Fondo Mixto de Promoción Cinematográfica-Proimágenes Colombia, la Cinemateca Distrital y el Archivo General de la Nación, se pusieron en marcha para darle a Colombia una definición clara y contundente de qué abarca el Patrimonio Audiovisual Colombiano (PAC) y cómo debe salvaguardarse. 

En 2017, finalmente, Colombia tuvo su propia definición del PAC, denominando así a toda obra o documento editado e inédito, gráfico, fotográfico, sonoro, musical, radiofónico, cinematográfico, televisivo, videográfico y multimedia, producidos en cualquier técnica, formato, soporte, medio inventado o por inventar de naturaleza analógica, electrónica, mecánica, electromagnética, óptica o digital; así como sus elementos conexos, la tecnología y los conocimientos y valores intangibles asociados a su creación, conservación y preservación.

Pero incluso antes de que se consolidara una definición de qué es el PAC, productores, realizadores y personal técnico y profesional de la radio, la televisión y el cine de Colombia fueron buscando mecanismos para salvaguardar este patrimonio. Fue así como desde la década del noventa la Asociación Colombiana de Trabajadores de Televisión (Acotv) creó estrategias para salvaguardar y difundir lo que se preservaba de manera muy rudimentaria en la sección de cine del Instituto Nacional de Radio y Televisión (Inravisión), como fue la aparición del programa Teleayer. 

Realizadores de televisión como Hugo Ernesto Millán, Carlos Franco y Jairo Escobar empezaron a encontrarse en cajas arrumadas en las bodegas de Inravisión los documentos fílmicos que daban cuenta del origen mismo de la televisión en Colombia. Luego de realizar un proceso de limpieza de los soportes, empezaron a restaurar de manera amateur estas cintas logrando rescatar distintos fragmentos de imágenes en movimiento, que sin saberlo, se convertirían en los únicos vestigios de esos primeros momentos de la televisión nacional. 

Fecha de publicación original Jue, 27/10/2022 - 09:09