Publicado el Jue, 16/12/2021 - 13:32

La Novena de Aguinaldos, origen de una tradición

Archivo Señal Memoria de RTVC. Diseño gráfico: Karen López para Señal Memoria de RTVC

Desde finales del siglo XVIII los colombianos se han aprendido de memoria un texto que recoge herencias culturales de la Edad Media y la cultura barroca: la Novena de Aguinaldos. En 1910 apareció su versión moderna, la cual agregó elementos que reforzaron su popularidad, su recuerdo y su arraigo en nuestra cultura.

Una novena de influencia medieval

En 1784 se imprimió en Santafé de Bogotá la Novena para el aguinaldo, la cual había sido escrita algunos años antes por el sacerdote franciscano Fernando de Jesús Larrea (1700-1773), quien había desarrollado su actividad misionera y educativa en su natal Quito, al igual que en Popayán, Cali y la capital del virreinato, ciudad en la cual mantenía una comunicación permanente con la comunidad terciaria franciscana (la rama laica de su orden). A una de sus corresponsales, Clemencia Caicedo (1710-1779), la historia franciscana le atribuye la solicitud de haber escrito aquel texto. Con este texto nació una tradición navideña que sigue siendo practicada por los colombianos casi dos siglos y medio después.

Siguiendo los principios defendidos por las órdenes mendicantes desde la Edad Media, Larrea escribió un texto en el cual el individuo que la reza se rinde a Dios, ofreciéndole “la pobreza, humildad y demás virtudes” a imitación de Cristo, de la misma manera en que lo enseñaba san Francisco en el siglo XIII. De eso da cuenta la Oración para todos los días, con la cual ha iniciado este rito durante más de doscientas navidades…

 

Oración para todos los días (edición moderna). En: Señal Colombia (2002). Una luz de esperanza. Colombia: Inravisión. Archivo Señal memoria, C1P-241698

 

También te puede interesar: El origen de los villancicos

Una novena de influencia barroca

Del texto original editado en 1784, los colombianos aún recitan las oraciones para todos los días, a la Virgen María, a san José y al Niño Jesús, con pocas modificaciones de la versión colonial, al igual que se conservan algunos versos de los Gozos. Parte de estos fragmentos encierran algo de la herencia barroca de la cultura religiosa de la época, siguiendo la idea de que el contacto con Dios se lograba a través de la experiencia de los sentidos y del cuerpo (por ejemplo, “las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre” o “bese ya tus pies, bese ya tus manos”).

Fecha de publicación original Jue, 16/12/2021 - 13:32