Publicado el Mar, 16/04/2024 - 22:51

La vorágine en radio y televisión

Diseño gráfico: Karenn López para RTVC

Durante un siglo, La vorágine de José Eustasio Rivera ha sido objeto de adaptaciones y otros usos en la radio y la televisión de nuestro país. Desde registros en noticieros para contar la historia de su autor y su escritura, hasta interpretaciones para radioteatros y series de televisión, pasando por el uso de sus fragmentos en espacios educativos y culturales. Tan pronto como nacieron los medios públicos, era de esperarse que se le abrieran espacios a una de las obras cumbres de la literatura colombiana.


Fonseca, G. (director). (1956). Colombia al Día. Colombia: Dinape. Archivo Señal Memoria, F35MM 851259 

La selva se hace denuncia

Mientras terminaba el año 1924, la opinión pública se impresionaba con el relato que José Eustasio Rivera acababa de editar sobre la crudeza de la explotación cauchera en el sur del país, narrada en medio de la fuga de una pareja de amantes, dos antihéroes que viajaban de Bogotá a los Llanos y a quienes la tragedia los llevaba hasta la Amazonía. Era La vorágine, la gran novela de la selva que muy pronto llamaría la atención del resto del mundo, mediante la atención a un genocidio que llevaba décadas fraguándose al amparo del capitalismo industrial. Esa misma denuncia Rivera la había tratado de hacer durante su paso por la política, tras descubrir ese mundo como miembro de la comisión que demarcó la frontera con Venezuela. Así lo recordaba tres décadas después un noticiero cinematográfico (nuestro entrañable Colombia al Día) cuando visitaba Orocué, Casanare, y allí filmaba una de las poblaciones que junto con Neiva y Sogamoso se disputa el honor de haber sido donde se escribió La vorágine.

 

Pachón, M. (directora). (1985). Español grado cuarto: Tú y la naturaleza. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT 206784 

  

La denuncia se hace novela

Se equivocaron quienes mandaron a un hombre como Rivera a representar al Estado en los confines de aquel país sumido en el abuso. No contaban con que aquel abogado de provincia que ya había renegado de las élites literarias de su país, ahora también haría lo mismo con sus élites políticas, incluyendo a sus viejos padrinos de la Hegemonía Conservadora, e iba convertirse en un denunciante de sus pecados propios y prestados. Y menos contaban que un escritor modernista los denunciaría a través de las letras, de una manera tal que llamaría la atención del planeta entero. Era mejor así. Un debate en el Congreso de un país marginal de Suramérica -o un intercambio epistolar en algún periódico- corría el riesgo de olvidarse, mientras que un clásico de la literatura universal lo seguiría recordando el mundo por más de un siglo. La denuncia de Rivera del genocidio cauchero (sumada a su magnífica apuesta literaria) se enseñaría en los colegios, se traduciría a numerosas lenguas y, a medida que aparecía una nueva técnica para hacerlo, su obra llegaría al cine, a la radio o a la televisión.

Fecha de publicación original Mar, 16/04/2024 - 22:51