Hacía pocos días, la tarde del 21 de noviembre, la calle Real del Medio de la ciudad sirvió de cauce a una corriente de músicas, trajes y movimientos provenientes de diferentes lugares de Iberoamérica, convocados por Memorias del saber hacer, nombre de la decimoprimera versión de un encuentro que, bajo la dirección de Isadora de Norden, se celebra año tras año con el objetivo de salvaguardar y difundir los patrimonios inmateriales de Latinoamérica y España.
La inauguración formal del evento se celebró en la mañana en el colegio Pinillos, de Mompox; unas horas más tarde, la inauguración festiva retumbó en las casas de las dos orillas de la Calle Real del Medio. Desde las aceras, los momposinos y los visitantes de la ciudad vieron pasar una corriente diversa compuesta de músicos y danzantes del Caribe, España y el centro y el sur de América Entre ellos, venía un grupo que, de repente, raspaba entre sí sus machetes y prorrumpía en voces estruendosas y animadas. Se trata de Don Abundio y sus Traviesos, dirigido por Samuel Mármol Villa, quien en esta entrevista relata la historia de esa danza.
Samuel Mármol Villa, director Don Abundio y sus Traviesos, grupo de música y danzas tradicionales de Mompox
