Publicado el Sáb, 29/10/2022 - 10:39

Suspenso y misterio en Kalimán

Archivo Señal Memoria de RTVC. Diseño gráfico: Karen López para Señal Memoria de RTVC

La evolución del radioteatro llevó a que durante más de veinte años este género fuese la forma más fácil y gratuíta de transmitir sensaciones a oyentes de todas las edades. La guerra de los mundos de Orson Welles, si bien en ese sentido es un hito importante, no fue la primera obra en el formato del radioteatro.


La radio fue un medio de comunicación masivo desde su popularización en los años treinta. Gracias a los adelantos tecnológicos llegó a todos los rincones, primero como un vehículo de entretenimiento, y luego como un medio de información. Los adelantos tecnológicos permitieron que su sonido mejorara y el rango de frecuencias que se emitía fuera mayor, contribuyendo así a una más alta fidelidad en el sonido.

Gracias a los adelantos tecnológicos la radio pudo llevar a sus oyentes un sinnúmero de sensaciones auditivas: multitudes en eventos políticos y deportivos, el rugir de los motores, el galope de los caballos en carreras, una explosión, en fin. La realidad ya se contaba no sólo a través de la voz, sino también del paisaje sonoro. 

La realidad dramatizada

Ya no solo era la voz la que se oía. Ahora también lo eran la música y los efectos de sonido, los cuales fueron el ingrediente fundamental al momento de crear esas sensaciones de alegría, esperanza, terror, tristeza. Dramatizar la realidad se convirtió en una tendencia que se tomó la radio. Radionovelas y radioteatros cautivaron al público, no sólo a través de la voz, sino también de los sonidos creados por equipos a cargo de los efectos. Pasos, cierre de puertas, disparos, sirenas de barcos... No hubo límites en el trabajo de los creativos a cargo.

La preeminencia de los efectos contó con una presencia importante en Kalimán. Los oyentes podían estar inmersos en una selva asiática o en una cabaña en medio de la Selva Negra, en Alemania.

Fecha de publicación original Sáb, 29/10/2022 - 10:39