Publicado el Jue, 05/05/2022 - 11:46

Fray Lejón, del páramo al crucigrama

Archivo Señal Memoria de RTVC. Diseño gráfico: Karen López para Señal Memoria de RTVC

No todos los frailejones se llaman Ernesto Pérez, como reza la popular canción del curioso personaje que abandera el cuidado del medio ambiente, en particular de los páramos. Fray Lejón era el apodo de otro personaje que día a día obligaba a consultar los mapas de países como Botsuana para encontrar una palabra de cinco letras, descrita como “Popular lago de Botsuana” y que tenía una “t” intermedia. La respuesta era Gutta. Así es el oficio de llenar crucigramas.

¿Qué es un crucigrama?

Juego, actividad lúdica, pasatiempo o tortura. Tales son las definiciones asociadas con los crucigramas. En todo caso, se trata de un juego enigmático que consiste en colocar letras o sílabas en casillas, de modo que pueda realizarse una doble lectura, vertical y horizontal, de las palabras resultantes. 

Durante años fue el pasatiempo preferido de todos los estratos sociales. Antes del auge de los juegos de computador y las consolas, e incluso del sudoku, de alguna manera los crucigramas eran una alternativa que unía a la familia en torno al conocimiento. El uso de términos rebuscados para adivinar recónditos sitios geográficos en alguna isla del Pacífico o al pariente en tercer grado de cierto dios griego: todo valía para crearlos y era casi obligada la consulta de los famosos y desaparecidos diccionarios enciclopédicos al momento de resolverlos.

Los crucigramas de Fray Lejón

En Colombia estos pasatiempos jalonaron muchas veces las ventas de alguno de los diarios de circulación nacional. El Espacio fue uno de tales diarios, cuyos crucigramas traían referencias picantes, mezcladas con la actualidad nacional. Era otra manera de entrar en contacto con la vida del país en todos sus aspectos. 

Fecha de publicación original Jue, 05/05/2022 - 11:46